Sara Álvarez se reencuentra poco a poco con las sensaciones de yudoca. Aún en proceso de recuperación de su grave lesión de rodilla, acaba de recibir un espaldarazo moral en forma de invitación a una concentración con la selección española que inició ayer. «Que cuenten conmigo, sin saber cómo estoy, sin haber entrenado casi... Tener esta oportunidad de volver a estar con todos... Para mí es muy importante», dice.
Luchadora, de las que se crecen ante las adversidades, Sara volvió a pasar por el quirófano en julio, para solucionar los problemas en el tobillo derivados de la rodilla. «Estuve dos meses con escayola, y en septiembre empecé. Estoy esforzándome todo lo que puedo», dice.
Aprovechando la concentración que inició ayer en Madrid, será sometida a una profunda revisión por parte de los doctores que la operaron en la capital. Ella se encuentra cada vez mejor, hasta el punto de asegurar: «La pierna ya no me molesta. Estamos muy contentos».
Desde Barajas, y en conversación telefónica, se advierte al momento el buen ánimo que transmite Sara, el impulso que para su sacrificio diario ha supuesto esta llamada. Aunque en vez de los diez días del resto, ella sólo se quedará una semana en Madrid. «Porque tengo que continuar con mi recuperación», dice. No es que con la selección se detenga, sino que la confianza con su grupo de trabajo le da un plus.