Son tres animales que pesan de 150 a 300 kilos y viven en un hábitat natural
12 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Una hembra y dos machos adultos de oso pardo acaban de convertirse en los reyes de uno de los pocos zoológicos de la provincia de Lugo, Marcelle Natureza. Los animales pertenecen a una especie que antaño pobló las montañas lucenses, asturianas, cántabras o catalanas, pero que hoy en día está prácticamente extinguida por el efecto de la mano del hombre en su forma de vida solitaria. Los tres plantígrados nacieron en cautividad en un parque asturiano y después pasaron a un zoo de Sevilla. Allí vivieron hasta que a finales de febrero fueron cedidos al parque natural de San Martín de Guillar, en Outeiro de Rei.
Tras dos semanas de adaptación, fueron liberados en el que ya es su nuevo hábitat: una parcela natural de 2.500 metros cuadrados con un estanque de metro y medio de profundidad, una cascada, enormes rocas, tierra, hierba y grandes troncos de carballo y castiñeiro, en los que ayer mismo buscaban raíces y gusanos, y daban rienda suelta a sus ganas de rascarse.
La veterinaria de Marcelle Esther Valderrábano adelanta que dentro de unos días tendrán a su disposición una colmena artificial rellena de miel y mermelada. Estas dos «sustancias dulces», como explica la profesional, completarán su dieta diaria, a base de pienso, carne, pescado y fruta.
La esperanza de vida de los osos en cautividad se sitúa en torno a los 25 o 30 años. Los dos más viejos de Marcelle, Tito y Rosi, tienen 12, y son «pareja estable» desde hace años. El más joven es Teri, que tiene 8 y está en plena «adolescencia». Por eso no para quieto ni un minuto y gruñe cuando se le antoja algo. Queda claro que el dicho popular de «dormir más que un oso» no se cumple con esta familia, que solo entra en sus oseras -especie de cuevas artificiales en las que pasan la noche- cuando cae el sol.
Potenciar la fauna autóctona
Estos animales hacen realidad parte del sueño de Marcelle de potenciar la fauna autóctona y concienciar a la población de lo importante que es conservarla. Y tendrán público para intentarlo, puesto que solo en el 2010 más de 80.000 personas visitaron el parque. Ayer, mientras Tito y Rosi chapoteaban como niños en el agua del estanque, el dueño de la finca, Gerardo Guitián, confesó: «Me siento tan bien como ellos, soy feliz viéndolos disfrutar». En el recinto de San Martín de Guillar habitan ya lobos, jinetas, jabalíes y zorros, y en breve lo harán también aves rapaces autóctonas.
en directo proteger a una especie casi extinguida