Sesenta llamadas al agente que hacía la vista gorda a los «viajes calientes»

La Voz

LUGO

02 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El entramado no afectaba únicamente a guardias y policías lucenses. Los investigadores tuvieron claro desde el primer momento que la red también tenía buenos colaboradores policiales en el aeropuerto de Barajas. Éstos eran quienes hacían la vista gorda a las protagonistas de «viajes calientes». Se conoce así a quienes viene a España para realizar la prostitución.

Algunos policías del aeropuerto no solo facilitaban el tránsito de las mujeres sino que supuestamente falsificaban los sellos de entrada en los pasaportes, con lo cual conseguían un alargamiento de su estancia en España.

Numerosas testigos contaron como entraron de forma clandestina por Barajas después de ser previamente aleccionadas por el responsable de uno de los clubes lucenses. No tardó en descubrirse que en el aeropuerto había un policía natural de Baralla, Francisco Hernández Becerra. Los investigadores comprobaron que éste mantenía una estrecha relación telefónica tanto con García Adán como con José Manuel Pulleiro, uno de los hombres fuertes del cabecilla de la organización.

Los teléfonos de este agente estaban en las agendas de los dos hombres anteriormente citados.

El policía ocupaba la ventanilla 16 en Barajas y por ella pasaron muchas mujeres que previamente habían sido informadas del lugar al que debían dirigirse.

Especialmente llamativo resulta el hecho que en algunos momentos tanto Adán como su encargado, José Manuel Pulleiro, llegaron a efectuar hasta 60 llamadas telefónicas al policía de Barajas que finalmente acabó siendo detenido que finalmente acabó siendo detenido y acusado por un juzgado coruñés de los presuntos delitos de cohecho, falsedad en documento oficial, delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.