Naturalmente, dedicados a la elaboración de queso

benigno lázare LUGO / LA VOZ

LUGO

03 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Meus avós paternos, facendo uns poucos queixos ao mes de forma totalmente artesanal, gañaron máis que agora coa empresa familiar que temos, porque criaron doce fillos e fixeron esta casa, que eu hoxe non podería construir» asegura Daniel Pérez Pérez que, junto con su padre, Fernando Pérez Chao, y su hermano Alberto, son los tres socios actuales de la quesería Daniberto, de San Simón da Costa (Vilalba). Puede ser cierto que gane menos en cada queso, pero su abuela vendía en la feria mensual vilalbesa las tres docenas que elaboraba cada mes, y él recorre 60.000 kilómetros cada año por España abriendo mercados para conseguir vender los 60.000 kilos de queso que producen.

Los orígenes de Daniberto fueron, como dice Daniel, las abuelas, o incluso las abuelas de las abuelas, porque el queso de San Simón siempre gozó de tanto reconocimiento como originalidad en su elaboración. La casa en la que residen los propietarios perteneció a los abuelos paternos, Carmen Chao y Julián Pérez, aunque ahora viven allí la abuela materna, Gumersinda Fernández; el matrimonio que fundó la actual empresa, Fernando y Brígida, y los dos hijos.

En 1992, al amparo de la por entonces reciente denominación de origen, Fernando y Brígida abandonaron la elaboración a mano y montaron la miniquesería. Inicialmente transformaban la leche que producía su propia explotación, pero como desde el principio el crecimiento no se detuvo, llegó un momento en que tuvieron que comprar leche. Ahora los 100.000 litros que dan al año las 75 vacas solo equivalen al 20% de los quesos que elaboran.

En el 2002 acometieron una reforma en la quesería que les permitió seguir creciendo. Pese a la crisis, las ventas siguen aumentando, pero de forma más moderada, según Daniel Pérez.

La incorporación de la última generación la inauguró el nieto mayor, Daniel. Tras la jubilación anticipada de Brígida, por problemas de sa+lud, también se sumó su hermano Alberto, que se hizo cargo de la granja, quedando a cargo del otro hermano la quesería y las ventas, en tanto que el padre trabaja en lo que resulte más necesario en cada momento. También tienen cuatro empleados dedicados por completo al proceso de elaboración de los quesos.

Antes de dedicarse a la empresa familiar, Alberto estudió mecánica y Daniel trabajó una temporada en una firma de alimentación, que, según reconoce, le sirvió para aprender algo de ventas, si bien su mayor experiencia la saca ahora de los errores y aciertos. Los tres miembros de la familia comparten la sociedad, pero generalmente cada uno toma las decisiones en su área y los demás las acatan y aceptan los fallos cuando aparecen.

Daniel fue ampliando el radio de ventas a través de ferias del queso, de artesanía, medievales y cualquier acontecimiento de similares características. Ahora la mayor parte de los fines de semana los pasa fuera de casa viajando a cualquier provincia. Esta misma semana cruzó con su furgoneta Despeñaperros en dirección al extremo sur de la península. Afirma que en zonas como Cataluña se consume mucho queso porque es costumbre que se sirvan de varios tipos, práctica poco implantada en las mesas de las casas de Galicia, según puntualiza.

Gumersinda Fernández, Fernando Pérez Chao y Brígida Pérez Fernández

Las astillas

Daniel y Alberto Pérez Pérez

Gumersinda tiene 78 años; Fernando, 57; Brígida, 54; Daniel, 32 y Alberto, 30.

Elaboradores de quesos.