Una sola palabra puede implicar muchos significados, arrastrar sentimientos y plasmar unidad. Acórdate o acuérdate es una de ellas, y un gran lema que todos hemos escuchado estos días.
Con la celebración del undécimo aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad de nuestra muralla, recordamos (acordamos) cómo lo conseguimos, cómo lo peleamos. Lo hicimos todos, los de a pie y los que no lo son, los que tienen unas ideas y los que tienen otras, los periodistas, las amas de casa y los panaderos, pero juntos. Recordamos el trabajo duro, pero hombro con hombro, que desencadenó un estallido de felicidad en la ciudad cuando se tuvo conocimiento de la concesión.
Pero no solo es un término para rememorar ese pasado reciente que ya ha escrito páginas de historia lucense y gallega, lo es también para el presente que vivimos y el futuro que está a las puertas. No lo olvidemos, recordemos que el emblema, la bandera que nos unió, nuestra joya de la corona, sigue ahí, dando fe durante siglos de lo que hacemos y de qué pasos damos, de quien los da firmes y quien duda. Está alegre porque es su cumpleaños, pero se le escapan las lágrimas porque ve que la unión original, el trabajo de todos no es refrendado y apoyado sin fisuras desde el ejecutivo gallego. A veces parece que Lugo no cuenta.
La Muralla es un ejemplo, pero muy clarificador, ¿se la cuidaría del mismo modo si estuviese en una provincia con gobernantes afines? ¿Cumple el presidente Feijoo con Lugo? Valoren ustedes.