
El 2011 fue el año de la inauguración de los dos esperados pasos sobre el río
31 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.07
Los puentes de Lugo
El nuevo puente sobre el Miño no tiene denominación oficial. Pero numerosos ciudadanos lo han bautizado ya como el «puente blanco», denominación que alude tanto a su color como al exministro de Fomento. Aunque es el más reciente, el de As Saamasas mantiene la denominación de nuevo, para distinguirlo del romano.
bautizo pendiente
La pasarela peatonal costó 1,5 millones FOTO
El 2011 fue el año en el que los lucenses vieron convertido en realidad un viejo deseo: un nuevo puente sobre el Miño en la capital. Fue también el año de la pasarela peatonal sobre el río, un proyecto cuya materialización llevó mucho más tiempo del esperado.
El socialista José López Orozco había intentado una y otra vez que el Ministerio de Fomento reparase la evidente injusticia a la que sometió a Lugo durante décadas. Lo intentó sin éxito con los ministros del PP y con la socialista Magdalena Álvarez. Tuvo que llegar a la dirección de Fomento el lucense José Blanco para que todas las dificultades, que no fueron pocas, fueran superadas y para que en menos tiempo del fijado en la adjudicación de la obra, el nuevo puente estuviese operativo. El 5 de febrero, el ministro se comprometió a abrir el puente el 24 de junio. Y así fue. En la fecha señalada y con numerosísimos lucenses por testigos, el ministro inauguró el puente, que se abrió al tráfico en la mañana siguiente.
El presupuesto ascendió a 29,3 millones. Las obras acabaron ocho meses antes del plazo de finalización. Aún está pendiente de resolver la adecuada conexión del puente con la trama viaria de la capital, después de ser descartado el enlace a través del parque Marcos Cela.
El otro paso sobre el Miño puesto en servicio en el 2011 fue la pasarela peatonal, a la altura del Club Fluvial de Lugo. En este caso, la obra corrió a cargo de la Confederación Hidrográfico do Miño-Sil, presidida por el lucense Francisco Fernández Liñares. Costó 1,5 millones y formó parte del proyecto de acondicionamiento de la margen derecha del Miño entre Lugo y Ombreiro. Fue una obra que estuvo parada durante numerosos meses.
El nuevo puente tiene una longitud de 195 metros, en dos tramos FOTO