La mayor parte de las preguntas planteadas tenían el sello del PSOE, cuyo portavoz, Juan José Díaz Valiño, compartió con el alcalde la mayor parte del protagonismo y de las intervenciones. Los socialistas pidieron al regidor que explicase las gestiones realizadas desde que accedió a la presidencia de la corporación, lo que motivó discrepancias de fondo y de forma entre el alcalde y el número uno del PSOE.
Balado reprochó a Valiño que hubiese usado un tono «maleducado» en la redacción de las preguntas, cuestión negada por el portavoz socialista, que le dijo al alcalde que le tenía afecto personal y que sin ningún problema tomaba un café con él tras la sesión; incluso aseguró estar dispuesto a aplaudir las gestiones del gobierno local que sirviesen para lograr mejoras en el municipio.
En cualquier caso, Balado afirmó que había contactado con la Xunta para ampliar el polígono de Castro de Ribeiras de Lea, asunto que, según Valiño, no es ninguna novedad sino que está presente en el documento del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). El alcalde agregó que el centro de día estaba casi terminado y que el anterior gobierno se había centrado en censurar la actuación del equipo precedente, encabezado por Arturo Pereiro; PSOE y BNG replicaron claramente a esas palabras de Balado, y aseguraron que habían intentado corregir cuestiones que consideraban problemáticas.
Con acuerdo de PP y de PSOE se aprobó un expediente de reconocimiento extrajudicial de crédito para aprobar el pago de facturas por obras de mejora viaria (52.000 euros) realizadas la pasada primavera en varias parroquias. Balado dijo que esa conducta reflejaba una política «irregular e pouco transparente», y Valiño replicó que al llegar a la alcaldía, hace cuatro años, había tenido que pagar facturas de la etapa anterior.