
Compañeros del fallecido arroparon a una familia destrozada por el dolor
05 feb 2012 . Actualizado a las 07:09 h.Los vecinos de Friol y sus compañeros de la Policía Nacional se volcaron ayer en la despedida del policía nacional José Antonio Villamor Vázquez, fallecido junto con otros dos compañeros cuando intentaban rescatar en la playa del Orzán, en A Coruña, a un estudiante eslovaco. En la puerta del pabellón polideportivo, en el que se celebró el funeral y la imposición de la Medalla de Oro al Mérito Policial, había varios furgones que trasladaron a los compañeros del fallecido a las exequias fúnebres. Allí se encontraba también una amplia representación de la Guardia Civil y de la Policía Local de A Coruña.
La comitiva con los restos del policía llegó a Friol sobre las siete y media de la mañana. Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico acompañó desde el límite de las provincias de A Coruña y Lugo el furgón fúnebre hasta el pabellón de Friol. Durante el día anterior varios operarios, bajo la supervisión del alcalde, Antonio Muíña, realizaron los preparativos para instalar la capilla ardiente, en la que no faltó una fotografía del fallecido.
Las 400 sillas colocadas por el Concello de Friol en el pabellón resultaron insuficientes para acomodar a la familia, autoridades y vecinos, que acudieron a testimoniar su pésame. La mayor parte de los asistentes tuvieron que seguir los actos de pie y algunos en las gradas de la parte superior del polideportivo.
Los actos se desarrollaron con un silencio total, interrumpido únicamente por aplausos que acompañaron la salida del cadáver hasta el coche fúnebre.
Por expreso deseo de la familia, según fuentes de la Delegación del Gobierno, no se permitió el acceso ni al funeral ni al posterior entierro en la parroquia de Pacio, a los medios de comunicación gráficos. Sí obtuvieron permiso para trabajar el fotógrafo de una agencia de noticias y el cámara de una televisión pública. Compañeros del fallecido trataron de cumplir con gran celo los deseos expresados por la familia.
Una treintena de coronas de flores formaban parte de la comitiva fúnebre. Además de las de la familia y de los amigos, había también numerosas de organismos oficiales.