Un perro, una vaca y un caballo deambularon el viernes por la villa
16 oct 2012 . Actualizado a las 06:55 h.Movilizarse por un perro, una vaca y un caballo que andan sueltos y puede evitar, sobre todo en los dos últimos casos, algún inconveniente. Eso fue lo que le ocurrió el pasado viernes al Grumir de Guitiriz en apenas una hora. Los lugares por los que se movían los animales, la travesía urbana de la N-VI en dos casos y el acceso al casco urbano desde la A-6 en otro, obligaron a tomar medidas para minimizar cualquier riesgo, aunque finalmente no hubo ningún percance.
El primer aviso se recibió sobre las diez y media de la mañana. Un perro andaba por la acera en la zona de Ponte Veiga, en la entrada a la localidad desde Lugo, lo que motivó que de inmediato se desplazase allí un equipo. Sin embargo, el animal debió de ser recogido por su propietario, ya que no estaba allí cuando llegó el grupo.
Poco después, por la avenida Díaz Castro andaba una vaca. Se trata de la vía por la que se accede al centro urbano desde la autovía del Noroeste y que conecta la capital del municipio con la parroquia de Os Vilares, lo que supone un importante tráfico. El animal se movía por el carril de los vehículos que acceden al casco urbano, lo que obligó a más de un coche a reducir la velocidad por su presencia. Finalmente aparecieron sus dueños, que residen en Guitiriz y que consiguieron llevarse al animal sin que causase daño alguno en el entorno o provocase algún incidente en la circulación.
Alrededor de las once y media de la mañana, también por la zona de Ponte Veiga, un caballo iba avanzando por la acera. El animal, que estaba situado en el margen derecho de la calzada, debió de soltarse y de salir de un prado cercano a la estación de servicio en el que suele estar, Fue reducido sin causar problemas.
Ya por la noche, en la calzada de la N-VI a su paso por Trasparga, cerca del lugar donde confluyen las carreteras LU-170 y la LU-232, apareció una corza herida, que fue retirada de la vía por personal del Grumir. El animal tenía heridas en una pierna, y en la calzada se veían manchas de sangre aunque no restos de frenada.