Las instalaciones podrían subastarse por un préstamo que arrastra la entidad
26 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Tras unos meses en los que ha sido y es noticia por sus problemas internos -marcha de ganaderos, demandas judiciales de trabajadores, inactividad de las instalaciones-, el futuro de Xertigan parece tan negativo como los acontecimientos recientes. La cooperativa de Momán (Xermade) arrastra unos problemas económicos que podrían llegar a generar una subasta de las instalaciones, y está envuelta en otras reclamaciones, con lo que la posibilidad del cierre parece más que una simple hipótesis.
Como ya informó este periódico anteayer, la reunión celebrada el sábado por la tarde en Momán, a la que acudieron socios y familiares de socios, sirvió para analizar pasos que se pueden dar a corto plazo. El primero fue iniciar una recogida de firmas para poder pedir a la directiva explicaciones sobre el actual estado económico de la cooperativa.
De esa iniciativa, sin embargo, incluso puede derivarse la elección de un nuevo consejo rector: si se pide la convocatoria de una asamblea por burofax, la directiva debe convocarla en los 15 días siguientes a su recepción; si en ese plazo no lo hace, se pide su convocatoria en el Juzgado de lo Mercantil de Lugo; y si el órgano judicial acaba dando ese paso, puede entenderse que el consejo rector carece de la confianza de los socios y proponerse en la asamblea la elección de nuevos responsables aunque ese punto no figure en el orden del día. De todos modos, los problemas económicos parecen una losa bastante pesada en estos momentos.
pago pendiente
Un préstamo hipotecario de hace varios años. Tras la fusión de las cooperativas Xertiriz y Gandeiros da Chaira, decidida en el 2006, Xertigan pidió un préstamo hipotecario. Uno de los objetivos era la realización de obras de ampliación de las instalaciones. Una parte se llegó a pagar, pero en el 2012 todavía quedaban sin abonar unos 300.000 euros.
nave
Causa de posible subasta. Las naves y unas fincas colindantes son prácticamente los únicos bienes que le quedan a la cooperativa. La entidad con la que se concertó el préstamo tiene una garantía hipotecaria sobre las instalaciones; y si quisiera recuperar lo que se le debe, correspondiente a una parte del total y a cuotas mensuales, la subasta de las instalaciones sería una opción probable.
puja
Opción para recuperar el préstamo. Si en una primera puja no apareciese ningún postor, la entidad bancaria podría adjudicársela directamente a sí misma por el 70% del valor con el que hubiese salido a subasta. Si esa cantidad fuese superior a la deuda, la diferencia se entregaría a Xertigan. Si no fuese suficiente para cubrir la deuda, podrían embargarse más bienes, aunque esos parecen ser los únicos que tiene la cooperativa en la actualidad.
utilidad
Rumores sin concreción sobre el interés por la sede. Una posibilidad comentada en algún momento durante los últimos meses apuntaba al interés de la cooperativa Os Irmandiños, con sede en A Devesa (Ribadeo) y con un estimable porcentaje de socios en la comarca de Terra Chá, por esas instalaciones, situadas al lado de la carretera LU-170 (Trasparga-Momán). Sin embargo, dicha entidad niega haber realizado ninguna gestión oficial u oficiosa por este asunto.
avales
Liquidez con respaldo de directivos. Realizada la fusión, se propuso mantener una línea de crédito que procedía de la etapa de Xertiriz, y se acordó, con la participación de ocho directivos, formalizar un nuevo aval con un límite de 400.000 euros. La cooperativa compraba leche a los ganaderos y lo vendía a una multinacional. El día 5 de cada mes solía cobrar la leche entregada, y ese dinero se destinaba a pagar nóminas o gastos corrientes, entre otros fines. Si el día 20, fecha de pago a los ganaderos, no quedaba liquidez, se pedían anticipos al banco.
PRoBLEMAS
Abandono de la cooperativa y pago de una parte. Los avalistas pensaron que ese documento se firmaba por seis meses, pero luego averiguaron que era por un año, con posibilidad de renovación automática. Salvo uno, todos fueron dejando la directiva. En estos momentos no queda ninguno en la cooperativa, aunque los socios que pidieron su baja a la entidad no recibieron respuesta y formalmente tienen aún esa consideración. Finalmente seis de los avalistas pagaron, con partes iguales, unos 166.000 euros. El banco eligió la vía judicial para reclamar el cobro de 185.000, pero no demandó a los avalistas sino a la cooperativa.
déficit
Muchas cargas en el aire. Una directiva que asumiese el cargo se encontraría con una deuda que superaría holgadamente el medio millón de euros. A las cantidades de la hipoteca y de lo reclamado judicialmente hay que sumarse los que se adeuda a trabajadores (unos 200.000 euros), a Hacienda (unos 75.000) a la Seguridad Social (unos 93.000) y a ganaderos que entregaban leche. Incluso los socios avalistas que abonaron una cantidad a un banco podrían reclamar esa suma a la cooperativa.
porvenir
Futuro en el aire. El cierre y la disolución de la sociedad no son el mismo paso, y además deberían ser pedidos por los socios en asambleas.
incógnita
Dudas sobre el número de socios. La entidad llegó a rebasar los 200 socios, entre ganaderos productores de carne y de leche, en algún momento. En una asamblea que se celebró a finales del 2011 y cuya convocatoria también se solicitó por burofax, se llegó a decir que algunos de los que la habían pedido ya no eran entonces socios de la cooperativa; sí habían pedido la baja, pero no habían recibido ninguna notificación sobre su reclamación.