Del trabajo de los ferreiros de Riotorto está dicho casi todo. Pero no solo de faenas agrícolas, forestales o ambientales viven los fouciños fabricados en esta zona del oriente lucense, sino que sus creaciones pueden usarse también para agasajar a un ilustre invitado. Fue lo que ocurrió ayer por la mañana en la Casa do Concello de Riotorto, que vivió un día muy especial para recibir a Gerard López.
El visitante es conocido por su amplia actividad económica y social, con su papel al frente del equipo automovilístico Lotus Renault como una de sus principales facetas. Ayer, sin embargo, sus merecimientos, sin ser desdeñados, quedaban en un segundo plano ante la principal razón por la que se le ofrecía el recibimiento, que no era otra que su vinculación familiar y afectiva con el municipio.
Aunque el día, gris y lluvioso, no se prestaba para mucha brillantez y la llegada de López a Riotorto se produjo con algo de retraso, el acto celebrado en el salón de plenos del consistorio con asistencia de familiares suyos y de miembros de la corporación -con el alcalde, Federico Gutiérrez, al frente- fue todo un acto de afirmación riotortense por más que la actividad profesional del visitante se desarrolle a muchos kilómetros de distancia y en un mundo empresarial más bien ajeno a la vida local.
Sin embargo, López proclamó al comienzo de su intervención que se sentía vinculado con Riotorto y que en el fondo se seguía sintiendo riotortense. En preguntas que se le hicieron, enumeró algunos proyectos empresariales que tiene en marcha, aunque al final, cuando la parte oficial ya había terminado porque su visita iba a continuar con actos de carácter estrictamente privado, desveló que aún sigue hablando gallego cuando viene a la zona.
Los regalos de la corporación incluyeron otros objetos de claro sabor local: por un lado, la colección de El Agricultor, periódico que se editó en el municipio a principios del siglo pasado; por otro, libros sobre el municipio editados por iniciativa de la Asociación Cultural Arrincadeira.
El alcalde agradeció la visita, y explicó además el motivo por el que se entregaban esos obsequios: en el caso del trabajo de los ferreiros, dijo, se trata de una elaboración preparada para la ocasión. Algunos de los familiares del ilustre visitante comentaron durante la jornada de ayer que en sus casas, aunque viven fuera de Galicia, los utensilios de los ferreiros riotortenses, cuya actividad todavía se mantiene en una historia de siglos, están muy presentes en la vida cotidiana.