La jueza de la Bebé pide las cuentas al hogar Madre Encarnación

xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

PRADERO

También reclama a la Xunta el contrato suscrito con las religiosas

29 dic 2014 . Actualizado a las 05:30 h.

La instrucción de la operación Bebe, en la que se trata de determinar si fueron retirados niños a una docena de madres en Lugo, alcanza de lleno al Hogar Madre Encarnación. Este centro, gestionado por las Terciarias Franciscanas del Rebaño de María, acogió a alguna madre y también a sus bebés. La jueza del caso, Sandra Piñeiro Vilas, mandó una petición a la orden que se ocupa de la instalación para que le envíe datos sobre el financiamiento del hogar.

La jueza también ha pedido que le manden el proyecto educativo del centro, en el caso de contar con el mismo. Las solicitudes afectan también a la Xunta porque pidió a la institución gallega que le proporcione el contrato de gestión del servicio público en la modalidad de concierto para acogimiento residencial de menores en situación de desamparo o riesgo que estén tutelados o en guardia de Madre Encarnación.

Sandra Piñeiro también reclamó a la Consellería de Traballo e Benestar copia fidedigna de los expedientes y de las actas de inspecciones llevadas a cabo en dicho centro. Con el envío de los oficios, la instructora del caso trata de determinar si en el hogar incurrieron en algún tipo de ilegalidad, como así apuntan algunas madres y sus representantes legales. En algunos casos se asegura que los bebés allí acogidos no tuvieron una asistencia adecuada. Asimismo, explicaron que alguna madre tampoco recibió un trato satisfactorio después del parto ya que en el centro supuestamente le dieron 10 euros para el billete de autobús, pero no autorizaron a que se llevase a su bebé.

La que fuera responsable del centro cuando se produjo la situación fue llamada a declarar en calidad de imputada. En su intervención explicó que se había ocupado del centro entre los años 2002 y 2008 y advirtió que el ingreso de los menores en el hogar era siempre por parte de Menores y el de las madres a través de los trabajadores sociales de distintos municipios.

Fue interrogada por el dramático caso de una madre que asegura que en el hogar la presionaron para que dejase a su hija después de nacer. Fue a esta mujer a la que supuestamente le pagaron el autobús para que se fuera del centro tras el parto. A posteriori acabó vagando por diversas carreteras hasta que alguien la ingresó en un centro hospitalario de Pontevedra. Una noche apareció tirada, en grave estado, en el jardín del centro hospitalario. Debido a las graves heridas quedó paralítica.

La directora del hogar dice que la madre renunció a su hija. En otro momento de su declaración, y con respecto al caso de otra progenitora, dijo que había emitido informes para menores respecto a la situación de ella, pero sin haber faltado a la verdad.

El centro fue registrado en su día. La jueza se llevó diversa documentación y unas libretas en las que se relata el estado de los bebés. Algunos abogados consideran que la atención dispensada a los mismos no fue la correcta.