«Grecia es una sociedad rota y con desigualdades escandalosas»

m.c. LUGO / LA VOZ

LUGO

Castro fue el único fotógrafo gallego en las elecciones.
Castro fue el único fotógrafo gallego en las elecciones. alberto lópez< / span>

El fotógrafo lucense Carlos Castro ha sido testigo de un cambio histórico en Grecia 

17 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El fotógrafo lucense Carlos Castro ha sido testigo de un cambio histórico en Grecia y, quien sabe, si el inicio de un nuevo proceso económico en la Unión Europea. Pero Castro no solo vivió la efervescencia política sino que pudo comprobar cómo se encuentra el país y su capital.

-¿Por qué un fotógrafo lucense se decide a ir a Grecia para cubrir la campaña de las elecciones? 

-Grecia lleva varios años en el foco mediático por la dureza de los recortes que han aplicado los últimos gobiernos del PASOK y Nueva Democracia. De cara a estas elecciones era previsible la victoria de Syriza, una coalición de izquierda que se había comprometido durante todos estos años en la oposición a enfrentarse a la troika (BCE, BM, FMI) si eran elegidos para gobernar. La circunstancia de que, por primera vez, un gobierno europeo decidiera ir en contra de las políticas de austeridad marcadas por la troika hacía de estas elecciones un episodio clave.

-Había mucha expectación mediática. ¿Había algún otro fotógrafo gallego cubriendo las elecciones? 

-Si había alguno la verdad es que no coincidí con él en ningún momento. Coincidí con periodistas españoles de otros medios, tanto prensa como televisiones.

-¿Fue una experiencia satisfactoria? 

-Muy satisfactoria, diría yo. La posibilidad de encontrarte en un lugar y en un momento en que toda Europa y todo el mundo estaba pendiente de las elecciones en Grecia hacen de la experiencia algo único e irrepetible.

-¿Qué fue lo más sorprendente que fotografió desde el punto de vista de las elecciones? 

-Quizá destacaría la relevancia mediática que causó la votación de Alexis Tsipras en la mañana electoral. Como muestra, decir que en el momento de la votación nos encontrábamos en el aula del colegio donde votó unos 80 informadores gráficos, en contraste con los poco más de 10 compañeros que cubrieron la votación del Primer Ministro saliente, Antonis Samaras.

-¿Está el país tan mal económicamente en la calle como se cuenta en las altas esferas políticas? 

-Sí, incluso diría que peor. La economía sumergida está en cualquier esquina de la capital ateniense, donde la gente se aposta en los bancos para vender un paquete de bolígrafos, mecheros, ropa usada, bocadillos hechos en casa... Los precios básicos de la alimentación están por las nubes y pagar un litro de leche no baja de 1,50 euros, un café en un bar cuesta por lo general en torno a dos euros y el precio de una barra de pan ronda el 1,20 euros. El IVA alimenticio está en el 13% en un país que hasta estos días situaba su SMI en 550 euros.

-¿Las situaciones de pobreza son alarmantes y de grave deterioro social? 

-Algo que llama poderosamente la atención es la gran cantidad de personas que se encuentran durmiendo en la calle. Solamente en Plaza Syntagma, sede del Parlamento heleno, duermen diariamente más de treinta personas. En contraste, también duermen en las calles una gran cantidad de perros con un patrón común, la sobrealimentación que muestran. Apostados a las puertas de restaurantes y tiendas de alimentación, mucha gente alimenta a los perros, pero no a las personas. Además, hay un hecho del que ya no se informa en Europa, como son la gran cantidad de suicidios provocados por la crisis y por la carestía de la vida. Grecia es una sociedad rota y con unas desigualdades sociales escandalosas.

-¿Está bien cuidado el patrimonio? 

-El patrimonio cultural, como todo lo público, está sufriendo enormemente los rigores de la austeridad presupuestaria. La sensación que uno trae de Atenas es que hay sectores que llevan muchos años sin recibir un solo euro de inversión. La maleza crece sin control entre las ruinas de la Acrópolis al igual que la humedad, el abandono y la falta de cuidados están convirtiendo las instalaciones Olímpicas de Atenas 2004 en un gran cementerio deportivo en absoluta decadencia.

-¿Merece la pena una visita a Atenas y a Grecia en este momento? 

-Atenas y Grecia siempre merecen una visita, incluso en este momento. No olvidemos que estamos hablando de la cuna de la democracia y de disciplinas tan importantes para el ser humano como la filosofía, la política... Además, el carácter griego tiene mucho de mediterráneo y el choque cultural es, en muchos aspectos, inapreciable.

carlos castro fotógrafo lucense