«Igual quedei durmido coas medicinas que tomo e fun por onde non podía»

Tania Taboada LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Un jubilado de 73 años y vecino de Lugo circuló nueve kilómetros con su vehiculo en dirección contraria por la A-6

05 nov 2015 . Actualizado a las 10:29 h.

Jesús Fernández, un jubilado de 73 años y vecino de un barrio del municipio lucense de Outeiro de Rei, no se explica lo que le sucedió en la mañana de este martes. Acudió a Lugo a cambiar el aceite de su coche y cuando regresaba ocurrió algo que nunca le había sucedido. Circuló nueve kilómetros con su vehículo, un Ford Focus, en dirección contraria por la A-6. «Non me acordo de nada. Non me explico que puidera conducir nove kilómetros pola A-6 en dirección contraria. Só sei que me pitou un vehículo de fronte e o coche fixo un ruído», comentaba horas después en su casa, al lado de su esposa y con el susto en el cuerpo.

Sobre las diez y media de la mañana las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico fueron alertadas de que un vehículo circulaba en dirección contraria e inmediatamente pusieron en marcha un dispositivo para interceptarlo. «Fun cambiar o aceite do coche ao centro comercial As Termas e despois dirixíame a Outeiro de Rei para pagar un recibo; non lembro por onde me metín», manifestaba este policía nacional retirado que también ejerció muchos años de taxista y de conductor de autobús.

«Fun policía nacional en Madrid, Oviedo, A Coruña e Lugo; andiven tamén de condutor e de taxista e nunca me pasou isto», comentaba con incertidumbre.

Lo que recuerda Jesús Fernández es que pasó un camión, que paró su coche y bajó del mismo y que rápidamente vino la Guardia Civil y la grúa para recoger su vehículo. Dice también que se lo llevaron hasta un cruce del concello vecino de Vilalba y que al poco la propia grúa lo dejó en su casa con su coche averiado. No fue ni al cuartel ni al Hospital.

El susto debió ser tan grande que con contundencia manifestó que jamás volverá a coger el coche. «O que si teño claro é que non volvo a coller un coche. Estou despistado. Igual quedei durmido coas medicinas que tomo e botei a conducir pola estrada que non podía», baraja.

Según explicó Jesús Fernández, sufrió el pasado 3 de diciembre una lesión cerebral que le afectó a una vena del cerebelo y no fue hasta el pasado mes de julio cuando volvió a coger el coche.

Su esposa, también muy nerviosa y afectada, se enteraba de que su marido había recorrido los nueve kilómetros en dirección contraria, desde el Polígono lucense de O Ceao hasta Rábade, cuando este llegó a casa con la grúa y el coche dañado. «Estaba limpando as fiestras e atópome con todo o percal», manifestaba entre lágrimas su esposa, quien desconfía de que a su esposo le pudiese dar algo.

El vehículo con el que Jesús Fernández circuló en sentido contrario no presentaba grandes golpes aparentemente pero observándolo al detalle se puede comprobar que tiene las ruedas derechas reventadas, los espejos rotos y ralladuras por los lados. «Non me explico estas raiaduras por este lado nin este espello roto. Debeu bater contra os quitamedos», manifestaba su esposa. El de Jesús Fernández es el segundo caso de kamikaze en la A-6 en Lugo en menos de una semana. El jueves un conductor circuló en sentido contrario a la altura de Nadela y el caos acabó en accidente mortal.