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El HULA envasa al vacío las muestras de tejidos para evitar el uso de formol

Dolores Cela Castro
DOLORES CELA LUGO / LA VOZ

LUGO

El HULA envasa al vacío las muestras de tejidos para reducir el uso formol
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ÓSCAR CELA

El hospital redujo al máximo el empleo de este químico, que puede provocar cáncer

26 nov 2016 . Actualizado a las 19:34 h.

El Servicio de Anatomía Patológica del HULA, que procesó el pasado año 17.600 biopsias y 20.000 estudios citológicos, estrenó en la pasada primavera un sistema para minimizar los efectos del formol, un químico peligroso y susceptible de provocar cáncer, al que estaban permanentemente expuestos. La decisión adoptada, por imperativo legal, supone que casi todas las muestras biológicas que se extraen en quirófano, salvo las diminutas, lleguen al laboratorio envasadas al vacío.

Este líquido es el que utilizan para la conservación de muestras sobre las que los anatomopatólogos emiten informes, que permiten a los facultativos de otras especialidades, especialmente oncología, tomar decisiones de gran trascendencia para el paciente.

En la zona de quirófanos del hospital disponen de la máquina que envasa las muestras extraídas por los cirujanos, las sellan e incorpora la información necesaria que permitirá completar el proceso de trazabilidad. De la zona de cirugía han desaparecido los bidones con el peligroso líquido, que evita la degradación de las muestras y que manejaban hasta hace unos meses.

Las muestras muy pequeñas llegan al laboratorio en recipientes precargados, adaptados a su tamaño y con la cantidad del producto químico necesaria, según explicó el jefe de este servicio, Fernando Val. La parte superior del interior del contenedor está cubierta de una capa de parafina que impide que el formol produzca emisiones.

El HULA, según el jefe de servicio optó por este sistema de envasado al vacío para minimizar el uso de formol. En otros hospitales, según Val, están sustituyendo este químico por otro tipo de fijadores alcohólicos. La normativa permite ambos, pero el centro lucense optó por la opción que usa porque, según Val, el resto de las permitidas por la normativa «no están suficientemente probados». «En el futuro -añadió- cuando estén consensuado el uso de otros fijadores, podemos cambiar».

Inyección de formol

Hasta finales de año no sabrán cuánto formaldehido habrá ahorrado con este sistema. Mucho, según Fernando Val. Lo más importante, tal como reconoció la supervisora de enfermería de este servicio, Carmela Moreno, no es tanto el ahorro, como la diferencia que se aprecia en el ambiente que respiran. La diferencia es aún más abismal si comparan la situación con cómo funcionaban en el viejo Xeral.

Además de en los quirófanos, en el laboratorio de Anatomía Patológica disponen de otros dos aparatos para envasar al vacío las muestras que llegan en las bolsas, reutilizables para el mismo tejido hasta tres veces. Estas inyectan directamente el formol en el que tienen que permanecer necesariamente durante 24 horas, antes de preparar los cristales que examinan los anatomopatólogos para emitir sus informes.