
Apenas retirados los carteles por la empresa de limpieza, aparecen nuevos anuncios en los postes del alumbrado
16 abr 2017 . Actualizado a las 11:12 h.La empresa concesionaria del aseo urbano y quienes usan las farolas como soporte para dar a conocer los servicios que ofrecen mantienen una carrera en la que, con frecuencia, la empresa lleva las de perder. Eso al menos es lo que se desprende de un repaso al estado de los báculos de las farolas en los que respecta a su limpieza y conservación. Un gran número de postes de las luminarias urbanas presentan un aspecto sucio o despintado como consecuencia del continuo arrancado de los papeles pegados para anunciar ventas y servicios. En el gobierno local no parece haber planes para corregir esta situación.
En la capital lucense hay básicamente tres tipos de postes de farola. En el casco histórico, los hay de tipo clásico, de fundición o similar. En estos no es frecuente encontrar publicidad, aunque algunos casos hay. De los otros dos tipos unos están pintados y otros no.
En los postes pintados, el continuo pegar y despegar carteles acaba por eliminar la pintura, con lo que la imagen que ofrecen de la ciudad es muy poco atractiva. En lo que no están pintados, el deterioro se produce en forma de suciedad acumulada en el pegamento que queda sobre el metal y el deslucimiento del propio metal. La consecuencia es la misma que en el caso anterior: mala imagen para la ciudad.
Hay algunas zonas de la capital en la que el problema es muy acusado. Pese a ello, a juzgar por la respuesta del concejal de Infraestructuras Urbanas, el socialista Manuel Núñez, no parece que haya planes para poner coto a esta situación. La empresa concesionaria del mantenimiento del alumbrado público pinta algunos postes, dice Núñez, pero parece que es solo en casos en los que el deterioro es muy acusado.
Zonas urbanas sensibles
En todo caso, dado el estado de algunos báculos situados en zonas tan sensibles, desde el punto de vista del turismo, como el de la estación de autobuses y la antigua cárcel, no parece que dichos trabajos de mantenimiento figuren entre las prioridades de la empresa que atiende el citado servicio. Hay que recordar que el servicio electromecánico del Concello prácticamente fue desmontado a lo largo de los últimos años.
Una prohibición claramente establecida en las ordenanzas
La ordenanza municipal de Medio Ambiente establece con claridad en su artículo 306 sobre Colocación de valos publicitarios, carteis, pancartas e adhesivos, que su instalación solo podrá hacerse en lugares autorizados para ello y previa autorización. Expresamente indica que no se permitirá colocar elementos publicitarios en, por un lado, «espazos libres públicos, paradas de transporte público e demais elementos do mobiliario urbano», salvo que media autorización para ello, y, por otra parte, se prohíbe colocar publicidad en «postes de alumeado e sinais de tráfico». Es evidente que tal disposición municipal ni se cumple ni se persigue con rigor su incumplimiento; persecución que resulta muy fácil en la mayor parte de los casos, pues en los anuncios suelen aparecer los teléfonos de contacto. Es una tarea que parece corresponder a la Policía Local.
Vulnerar las citadas disposiciones municipales se considera una infracción grave, por lo que lleva aparejada la sanción correspondiente por «colocación de elementos publicitarios non autorizados», o no ajustados a la autorización conseguida.
Ofrecer alternativas
Este es un problema que se da en casi todas las ciudades, pero en algunas han conseguido encauzarlo. Hay localidades en las que han sido instalados paneles informativos en distintos puntos de la ciudad gestionados por los propios ayuntamientos, a modo de tablones de anuncios cuyo uso gratuito tiene que ser solicitado por los interesados. Ofrecer alternativas resulta necesario, dado que la mayor parte de los anuncios no reglados que soportan las farolas son avisos de prestación de servicios por personas o grupos que no tienen otra posibilidad de dar a conocer sus ofertas.