Las familias de las víctimas también harán una cronología de los 23 años
30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy se cumplen 23 años del irresoluto crimen del Cash Récord de O Ceao, en Lugo. Como cada aniversario, los familiares de las dos personas asesinadas por desconocidos tienen programados una serie de actos en su memoria y también para denunciar lo que consideran el desinterés más absoluto de las fuerzas de seguridad, la justicia y la fiscalía por llegar al fondo del asunto. Reiteran, una vez más, que las investigaciones llevadas a cabo «no son una chapuza, son algo mucho peor», como así expuso ayer Isabel López, hermana de la cajera del Cash Récord que mataron a disparos junto a su compañero de trabajo, el reponedor Esteban Carballedo. La pesadilla para los familiares de los dos empezó en 1994 y continúa.
Las puertas de la muralla lucense amanecerán el martes con cruces colocadas en sus proximidades. Llevarán las fotografías de los dos fallecidos. A mayores, sus familiares colocarán unas jardineras con una cronología crítica de lo ocurrido. En cada una de ellas habrá el resumen de un par de años. Varias de ellas, las correspondientes a las últimas épocas, serán colocadas en las proximidades de los juzgados.
«Esperamos tener este año más suerte con nuestra iniciativa después de todos los inconvenientes y trabas que nos ponen porque consideran que dañamos la muralla. Nos resulta increíble que la tengan descuidada, llena de excrementos de perros, que los constructores tiren a sus pies basas y otras piezas romanas y no pase nada. Ah, pero cuando queremos apoyarnos en ella para dar a conocer nuestra situación, todo son problemas. Pues que no se preocupe ni Patrimonio, ni la Xunta, ni el Concello, que no la vamos a tirar. A mimar y a querer el monumento no nos tiene nadie que enseñar», precisó Isabel López. La hermana de la cajera asesinada recordó que hace un par de años la Policía Local les arrancó los globos que habían colocado en recuerdo de las víctimas.
Los familiares también contaron las peripecias a las que fueron sometidos para conseguir la autorización gubernativa para el desarrollo de los actos. Incluso les mandaron cambiar la hora porque no valía como la habían puesto en el documento de solicitud, explicaron.