El dueño de los cines sigue potenciando los estrenos en Abella, mientras que en As Termas no cambia
02 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La guerra que mantiene la empresa Ciproga, que explota los dos cines de la ciudad, con As Termas ha desviado a la clientela de quienes quieren ver una película de estreno a Abella, un centro comercial moribundo, en el que, poco más hay que hacer. En As Termas no cambian la cartelera desde el pasado verano y los horarios establecidos para las películas no son los más adaptados a las necesidades de los espectadores.
Las discrepancias, envueltas en el silencio de las dos partes, que no quieren desvelar públicamente a qué obedecen, han generado colas en el centro comercial, asentado sobre el antiguo matadero que le dio el nombre. Sin embargo, sus propietarios, el fondo Blackstone, que encomendó la gestión a JLL, no han sabido o no han querido reaccionar a esta situación con la apertura de locales, al menos de hostelería.
Las dos plantas del centro comercial continúan vacías de negocios. Siguen media docena de ellos, con horarios muy particulares, existencias limitadas y con escaso movimiento de clientes. Esto significa que quienes acuden al cine, a menos de que antes vayan al gimnasio, a comer una hamburguesa o a la lavandería, no tienen muchas más oportunidades de ocio en este recinto. Los cines mantienen un pequeño bar para la venta de bebidas, palomitas y golosinas, que es además en el que se venden las entradas porque andan escasos de personal.
Sin cambios en la cartelera
Blackastone, pese a que esta situación se mantiene desde el pasado verano, en que no cambian las carteleras del centro comercial de As Termas, sorprendentemente no ha tomado ninguna medida. Sigue manteniendo el centro abierto, con las plazas de aparcamiento cubiertas a disposición del público, continúan funcionando las escaleras mecánicas, la vigilancia y la limpieza, e incluso hacen reparaciones puntuales, pero no se ha abierto ningún negocio nuevo, pese a que no resultaría difícil por la situación en la que quedaron los locales, sobre todo los de hostelería.
Las perspectivas de que se produzca algún cambio en la situación de Abella durante lo que queda de año son prácticamente nulas. Las esperanzas están puestas en el 2019 y en que finalmente se cumplan las expectativas y se asiente un hipermercado, lo que daría un margen a Blackstone para la venta del centro que puso en marcha la catalana Promociones Abuín, hoy día desaparecida. La política del fondo de inversiones es comprar, para después vender, con las instalaciones cerradas en la práctica, no motivan a posibles compradores, a menos que el precio sea un aliciente. Abella lo adquirieron en un paquete en el que figuraban pisos y locales comerciales en diferentes puntos de España, a los que parece que tanto el fondo como el banco, quieren dar salida de forma prioritaria.
No parece muy fácil que se produzca esta circunstancia por la saturación que existe en una ciudad, con la población de Lugo, de negocios de este tipo. No hay que olvidar que en esta misma semana abrió un hipermercado, en un lugar de privilegio, la Ronda da Muralla en la esquina con Montero Ríos, de la mano de Froiz.
Mientras tanto Ciproga y As Termas parece que siguen manteniendo un pulso en el que ninguna de las partes cede a la presión de la otra.