Este artista ha incorporado nuevas obras a su proyecto, que imagina lugares representativos arrasados en el 2069
08 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Quizás en el 2069 Lugo esté completamente arrasado por el fin del mundo. Un meteorito podría haber caído sobre el Lucus Augusti y la maleza haber devorado casi por completo la capilla de Santa María. Jesús Crende lleva años poniendo a prueba los lugares más emblemáticos de la ciudad a través de sus ilustraciones, en una colección con buena acogida que ha titulado Lugo Apocalíptico. Una selección de este proyecto puede verse desde ayer, y a lo largo de todo el mes, en el vestíbulo del instituto masculino.
«Busco el equilibrio entre la destrucción y la belleza», dice el artista lucense que imagina estos escenarios pasto del caos. Hay un fondo reivindicativo en su obra. Crende asegura que «la ciudad es muy bonita y tiene muchas cosas que ver, muchas cosas importantes que a veces se deterioran por dejadez». Y ha conseguido eco, porque sus ilustraciones se viralizan con facilidad en las redes sociales. «Desde el principio, la respuesta fue muy buena. La primera publicación creo que la hice en el 2015, aunque llevaba años trabajando en ellas. Me sorprendió ver que incluso gente de fuera de Lugo y de todas las edades lo compartía en las redes sociales. Hubo quien llegó al punto de pensar que era real y preguntaban cuándo y cómo había pasado eso».
El proyecto cuenta ya con más de 20 ilustraciones, que va ampliando cuando tiene huecos, porque no vive de ellas. «Tengo más para publicar y algunas a medias, la idea es que haya un montón para que al verlo sea como una película». Lo cierto es que en sus obras hay mucho de cine, además de kilos de trabajo. «Es todo digital, parto de una foto que luego dibujo, con paciencia, capas y mucho tiempo», explica sobre su metodología.
Hay mucho de autodidacta en su formación, que empezó siendo apenas un niño cuando estudiaba en los Franciscanos. Cuenta Crende que a través del pintor Tino Grandío conseguía colarse en el museo de la ciudad cuando terminaba el colegio y se pasaba tardes enteras dibujando. «Pasé por todas las técnicas y ahora ya estoy en el último paso, que es el digital, es donde me encuentro más cómodo». Crende no pone fin a su apocalipsis lucense de 2069, asegura que hay aún mucho patrimonio reivindicar.