
Algunos vecinos aseguran que varias familias usurparon un piso turístico que nunca abandonaron
18 sep 2020 . Actualizado a las 15:30 h.La usurpación de viviendas continúa a la orden del día en la ciudad de Lugo. Hay inmuebles usurpados en el centro histórico, tal y como ocurre en la Praza do Campo, en el corazón de la zona de vinos por excelencia de la ciudad. Algunos vecinos comentan que desde hace ya algunos meses varias familias de un mismo clan, algunas de ellas con niños de corta edad, se asentaron en la primera planta de las cuatro que tiene uno de los edificios de esta céntrica plaza. Desde entonces, los botellones sobre la conocida fuente de San Vicente, aseguran los residentes de la zona, son frecuentes y, muchas veces, terminan en trifulcas violentas que les obligan a llamar a la policía. Hace apenas unas semanas, varias dotaciones de bomberos y agentes de Policía local de Lugo acudieron a la vivienda ocupada tras recibir un aviso de incendio. Alguien se había dejado una cacerola al fuego.
Algunas fuentes apuntan a que los okupas podrían haber alquilado durante algunos días y en un primer momento el inmueble que han usurpado. Posteriormente, se habrían negado a abandonar el piso que, aparentemente, está en buen estado e incluso reformado por dentro.

Vecinos y comerciantes de la zona cuenta que es frecuente que los okupas pasen conduciendo sus coches de gama alta por la zona peatonal del centro para finalmente estacionar junto al portal del inmueble allanado. «Entonces se ponen a cargar y descargar cosas», comentan. Además, aseguran que son personas «pudientes» y que van «impecablemente» vestidos.
«Van muy bien vestidos y aparcan un A-6 o un A-8 frente al portal»
Conflictividad
Varios hosteleros del centro de la ciudad explican que los okupas son conflictivos y aseguran que muchas veces no llevan puesta la mascarilla cuando entran a los locales e incluso intentan timar a los empleados, «vacían todas las terrazas de la zona solo con su presencia», aseguran. «Te dicen que la máquina de tabaco o la tragaperras se ha quedado con su dinero y entonces te lo exigen», cuentan.
Los hosteleros confiesan que a la crisis provocada por la pandemia de coronavirus se suma que «hayan aparecido estos okupas para espantar a los pocos clientes que vienen». Por eso, piden a las autoridades que actúen para solventar un problema presente en el vecindario desde hace meses y que, por el momento, parece no tener solución.
Los vecinos de la Praza do Campo denuncian que los okupas protagonizan con mucha frecuencia trapicheos en plena calle y que son partícipes también de fiestas a altas horas de la noche en este piso que, además, cuenta con un pequeño balcón con vistas a la plaza, por lo que el alboroto, dicen, se siente en todo el vecindario y resulta «insostenible» e «insoportable».
