Un gol de Salva Sevilla de penalti supuso la derrota de un Lugo sin ideas y que terminó con nueve jugadores
11 oct 2020 . Actualizado a las 15:02 h.El Lugo perdió esta mañana su tercer partido consecutivo ante un buen Mallorca, que marcó los tiempos del encuentro y aprovechó los errores de los locales. Un gol de penalti de Salva Sevilla tras una mano clara de Carlos Pita al inicio de la segunda mitad condenó a un Lugo sin las ideas claras que terminó el partido con nueve jugadores tras las expulsiones por doble amonestación de Xavi Torres y el propio Pita.
El inicio del partido fue protagonizado por las imprecisiones, las del Lugo buscando balones largo para la peinada de Barreiro y las del Mallorca intentando construir desde sus centrocampistas, sin demasiado éxito. La primera ocasión clara del partido llegó tras un disparo con la zurda de Álex Alegría desde la frontal del área, en lo que hubiera sido un gol extraordinario. Pasó rozando el palo.
Llegamos al minuto 15 sin un dominador claro, con ambos equipos apostando por su estilo. La segunda ocasión clara del Mallorca llegó justo después, en el 17, con un disparo de Murilo Souza desde el interior del área, que atrapó Cantero como pudo. Empezaba a desperezarse el conjunto de Luis García Plaza.
Los siguientes veinte minutos se disputaron en el centro del campo, con ningún equipo imponiéndose en los duelos. De todas formas, el Mallorca comenzó a rondar más intensamente la portería de Cantero, con centros al área e internadas de sus centrocampistas.
Así llegó el descanso, con los baleares rondando el arco rival pero sin concretar nada de provecho. Unos quince últimos minutos llenos de faltas e interrupciones provocaron que apenas hubiese tiempo de juego real al término de la primera mitad. Gran primer tiempo de Diego Alende, Xavi Torres y Ander Cantero.
Sonaba la música de superman en los altavoces del Ángel Carro en el descanso, y era precisamente eso lo que necesitaban los equipos: una heroicidad, una jugada individual de alguien que desatascase el partido.
Sin embargo, no llegó ninguna genialidad en el campo. Lo que si llegó fue un error de la defensa del Lugo. Pita interceptó un balón con la mano dentro del área, de forma involuntaria pero evidente, y el árbitro decidió señalar la pena máxima, revisión del VAR mediante. Salva Sevilla no falló y su disparo seco al centro de la portería hizo subir el primero al marcador.
A partir de entonces, el ritmo del partido subió y el Lugo se echó arriba, metiendo en el campo má pólvora todavía de la que ya tenía, con el cambio de Borja Domínguez por Campabadal para potenciar la banda derecha con Valentín más arriba y a buscar el desborde.
La ocasión más clara del Lugo fue en este tramo, un remate de Barreiro en el primer palo tras un gran centro de Campabadal, que había entrado al comienzo de la segunda mitad. Reina tuvo que esforzarse al máximo para atrapar ese balón. Esa banda derecha que tanto quiso explotar el Lugo ya empezaba a funcionar.
Lo que ya parecía difícil, ante un Mallorca bien plantado, se puso casi imposible. Tras una tarjeta amarilla en el minuto 73 por zancadillear a un adeversario, Xavi Torres fue expulsado por una segunda amonestación en un lapso de solamente cuatro minutos. Un codazo en la cara sobre un rival a escasos metros del colegiado provocó que el Lugo se quedase con diez jugadores sobre el césped. El más difícil todavía, provocado por el enésimo error individual de los lucenses esta temporada que afecta directamente al resultado.
Si el partido ya había sido trabado en la primera mitad, en este tramo de la segunda empezaron las verdaderas hostilidades. Cinco tarjetas amarillas -y una roja- para el Lugo, y tres amonestaciones para los bermellones en un lapso de apenas veinte minutos. Los seis minutos de descuento parecieron pocos para la gran cantidad de parones del encuentro.
Y, por si parecía poca la desdicha de los lucenses, el partido murió con la segunda tarjeta amarilla de Carlos Pita, que se fue a vestuarios antes que sus compañeros y dejando a su equipo con nueve, en lo que fue una representación de la impotencia, un día más, de los jugadores de Juanfran García.
Volverán al ruedo el próximo sábado a las 16:00 ante el Castellón, en un partido que ya empieza a oler a final y que los pupilos de Juanfran deben ganar si no quieren hundirse en la clasificación.