
Los ayuntamientos diseñaban planes para aprovechar la recuperación del trazado
12 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El Xacobeo 93 tuvo su mascota: el pelegrín fue la imagen de un momento en el que las peregrinaciones numerosas se hicieron un poco frecuentes. Pero aquel 1993 fue también el primer año santo de los tiempos recientes en que el Camino de Santiago se convirtió en un conjunto de caminos: empezó a hablarse de rutas que habían quedado prácticamente olvidadas tras haber tenido esplendor en siglos pasados.
En algunas localidades el paso de peregrinos, muy inferior al actual, comenzó a hacerse notar. Lo que ocurría era el resultado de un esfuerzo que ayuntamientos y entidades habían iniciado poco antes: hace 30 años, por ejemplo, en comarcas como Terra Chá y A Mariña comenzaba a hablarse de un nuevo itinerario jacobeo, el Camino Norte.
Que algunos alcaldes anunciasen en 1991 gestiones relacionadas con el Camino Norte demuestra que alrededor la ruta jacobea generaba expectativas más allá de las siglas: por ejemplo, el alcalde de Guitiriz, Francisco Fernández Santiso (PP), pretendía pedir a la Xunta ayuda para acondicionar el balneario, entonces cerrado, y varias iglesias; el de Ribadeo, Eduardo Gutiérrez (BNG) proyectaba una zona de descanso junto a la ría, y la alcaldesa de Mondoñedo, Emma Pilar Valcarce (PP), se interesaba por la restauración del convento de Os Picos.
En 1990 se había creado una asociación asturgalaica que perseguía la potenciación de la ruta jacobea entre Luarca y Sobrado dos Monxes. Base histórica no faltaba para esa demanda, y la divulgación de la importancia del Camino Norte en la Edad Media fue uno de los trabajos que la asociación y los organismos públicos asumieron como principales. La entrada del Camino en Galicia se hacía por Ribadeo o por Abres (Trabada) y luego se avanzaba hacia Lourenzá y Mondoñedo para seguir por la Terra Chá.
Ese recorrido, con sendas variantes para cruzar el Eo en la desembocadura o aguas arriba, quedaría aceptado por la Xunta como trazado oficial años después. La orientación de los peregrinos ya no dependería de las estrellas, pues en los noventa se inició la colocación de señales informativas. En 1991, con Mondoñedo como sede, el Camino Norte protagonizó la Semana de Estudios Históricos organizada por la Diputación.
El paso de peregrinos, presente ya en 1993, propició la creación de albergues: el de Ribadeo, por ejemplo, funcionó en el año santo de 1999, y se situó en la zona cuyo arreglo había pedido el Concello años antes. Hoy hay albergues, públicos y privados, en todos los municipios. Por la ruta, en el 2019, pasaron 19.019 peregrinos. El Camino de Santiago fue declarado Itinerario Cultural Europeo en 1987; el Camino Francés fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1993; el del Norte logró esa distinción en el 2015.
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