La madre de Desirée buscó en Internet información sobre venenos a base de estricnina los días previos a la muerte de la niña

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Foto de archivo de un homenaje a Desiree en Roupar
Foto de archivo de un homenaje a Desiree en Roupar Óscar Cela

Es un veneno potente y muy conocido entre la población de las zonas rurales, que se usa como principio activo para roedores

07 feb 2021 . Actualizado a las 16:35 h.

El caso de la muerte de la niña Desirée Leal Sandamil, que apareció con síntomas de asfixiada en su casa de Muimenta, Cospeito, el tres de mayo de 2019, se reactivará en los próximos días. Cuando se van a cumplir casi dos años del siniestro, aún están incorporándose pruebas al sumario, que sigue en fase de instrucción. Y la última que ha entrado y que ya tienen los abogados de las partes en su poder es el análisis de uno de los dos teléfonos móviles que tenía la madre Desirée, Ana Sandamil. El análisis de dicho teléfono arrojó un sorprendente resultado: Ana habría realizado varias búsquedas en Internet sobre un conocido veneno, la estricnina. Lo habría hecho desde ese teléfono móvil analizado, durante los días previos a la muerte de la niña. Aunque se trata de un dato que no probaría ninguna culpabilidad porque ese veneno no apareció en el cadáver ni en el lugar de los hechos, podría ser un indicio más en la línea de acusación del abogado del padre de Desirée. Sostiene desde el principio la tesis de la muerte por asfixia después de obligar a la niña a beber un cóctel tóxico.

La estricnina es un veneno potente y muy conocido entre la población de las zonas rurales, que se usa como principio activo de los venenos para roedores, y que años atrás se comercializó incluso como genérico, con ese mismo nombre, para matar topos.

Ese examen del teléfono de la madre es solo una parte, porque en realidad el padre declaró que Ana Sandamil tenía un segundo teléfono, aunque, según dice el propio padre de la niña, la jueza no atendió su petición de analizarlo. La aportación de esta prueba coincide con la llegada de una nueva jueza a Vilalba, que próximamente podría comunicar los cargos a la madre de la niña, que sigue en prisión preventiva. Además del cambio de jueza, coincidió en este tiempo un cambio del fiscal del caso, también por traslado. Las sustituciones de los titulares del juzgado de Vilalba y de la fiscalía de Mondoñedo, muy habituales por ser normalmente el primer destino de muchos funcionarios de la carrera judicial, ha provocado en el caso un retraso que ya venía acumulado de la anterior titular del juzgado vilalbés.

Hay que recordar que la madre pasó muchos días en la unidad de psiquiatría del Hula sin ingresar en prisión. Se decretó desde el principio el secreto del sumario, y avanzó tan lentamente en el juzgado que casi dos años después de la muerte de la niña aún sigue en fase de instrucción, con la madre en prisión preventiva como única acusada, y con el padre que sigue pidiendo pruebas y celeridad para que se juzgue la muerte de su hija.