La «app» recién llegada a Lugo que convierte las sobras en un negocio y ofrece comidas por entre dos y cinco euros

André Siso Zapata
ANDRÉ S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

LUGO

Víctor González, empleado de Ousá, empaqueta uno de los pedidos que luego se entregarán a través de la app Too Good To Go
Víctor González, empleado de Ousá, empaqueta uno de los pedidos que luego se entregarán a través de la app Too Good To Go ALBERTO LÓPEZ

Más de 40 negocios aprovechan ahora sus excedentes, los cuales antes se iban directamente a la basura y ahora pasan a formar parte de un «pack sorpresa» en el que el cliente no sabe qué va a recibir

13 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las nuevas tendencias ya llegan a Lugo. Al menos en el ámbito de la comida para llevar. Después de un tiempo funcionando en las otras tres provincias de Galicia , Too Good To Go comenzó su proyecto en Lugo el pasado abril. Este negocio trae consigo una idea revolucionaria para los establecimientos de alimentación: se terminó el tirar la comida sobrante al final de cada jornada. A partir de ahora, quienes usen sus servicios podrán hacer negocio con las sobras de su actividad y vendérselas a sus clientes por un precio por debajo del habitual, gracias al cual la empresa podrá sacarle un rendimiento a la comida que antes terminaba en la basura y los usuarios obtendrán una cena completa por un precio de entre dos y cinco euros

La compañía fue creada el año 2015 en Dinamarca. El proyecto surgió después de que los responsables de la plataforma fueran testigos en un buffet libre de cómo toda la comida que no se había consumido y estaba en perfecto estado terminaba en los cubos de basura. Su servicio se expandió rápidamente por todos los países del norte de Europa, y terminó de popularizarse al llegar a Reino Unido. En el 2019 llegó a las grandes ciudades de España, donde ya se volvió un habitual en los negocios de restauración y alimentación. La propia empresa explica que su principal función es la de «reducir al máximo los kilos de comida que se tiran cada día a la basura y contribuir a menguar la contaminación que se genera por este motivo». Aún así, claro, el éxito de su negocio trae consigo unos ingresos de 134 millones de euros anuales a pesar de contar con solo 497 empleados en toda Europa.

El funcionamiento es muy sencillo: Los negocios contactan con la empresa directamente, y se adhieren a sus servicios a través de una aplicación móvil. Desde ese momento, los usuarios que quieran gozar de sus servicios podrán buscar los locales adscritos más cercanos a su posición y reservar un pack de comida sorpresa. Esto significa que los clientes no saben qué obtendrán dentro del paquete. Son los negocios quienes hacen un recuento al final de la jornada laboral y meten en el pack una mezcla de productos alimenticios que les hayan sobrado, desde fruta hasta platos elaborados o derivados del pan.

Los precios son mucho más bajos de lo que serían en caso de comprar esa comida a través de los cauces habituales, entre dos y cinco euros por un pack completo. Se paga directamente a través de la aplicación y el pack se recoge en el establecimiento en la franja horaria establecida. Sin embargo, Too Good To Go no le exige a los establecimientos con los que colabora ningún estándar de calidad, por lo que la comida que entregan no tiene ni siquiera que ser de ese mismo día, aunque fuentes de la empresa explican que «confían en la calidad de los productos de sus colaboradores». Son los propios negocios quienes eligen la comida que introducirán en los paquetes, siempre dependientes de qué les haya sobrado al final del día. Muchas críticas hacia la empresa se centran también en el argumento de que muchos negocios han pasado de donar a asociaciones solidarias sus alimentos sobrantes a utilizarlos para sacar un beneficio a través de la «app». 

¿Cómo ganan dinero?

Esta empresa obtiene unos ingresos por su trabajo  de una forma muy particular. Su funcionamiento recuerda al de otras empresas «del siglo XXI», como son Uber o AirBnB. Ellos se encargan de actuar como intermediarios entre la empresa y el cliente. Por gestionar la transacción y poner en contacto a ambas partes, se quedan con una comisión de entre el 20 % y el 25 % por cada operación. Puede parecer poco, pero conviene recordar que no tienen gasto alguno más allá del mantenimiento de la «app» y de los sueldos de sus empleados.

En Lugo son ya más de 40 establecimientos los adheridos a este servicio. La mayoría son panaderías y pastelerías, pero también se encuentra algún supermercado y tiendas de alimentación. Víctor González, empleado de Ousá, cuenta que «al final de la jornada, los clientes de la app llegan aquí, nos enseñan un código en el móvil y se llevan el pack que preparamos nosotros. Es muy fácil y rápido». Antes, esos alimentos se vendían para negocios del rural de Lugo, que lo usaban para dar de comer a los animales, a un precio muy bajo, por lo que ahora «aún se gana algo de dinero extra cada día».

Adriana López, del Don León, dice que «la mayoría de los días siempre tenemos pedidos porque nos sobra comida, pero en caso de que agotemos existencias, se le manda un mensaje a quienes tienen algo reservado y se les reembolsa el dinero». Confirma también que, en su negocio, la mayoría de la comida sobrante se tiraba al final de la jornada, por lo que todo lo que ahora destinan a la «app» representa un ingreso a mayores. 

Con solo un mes de presencia en Lugo, esta aplicación parece haber encontrado un filón para hacer un negocio muy provechoso, y cada vez son más los establecimientos y los usuarios interesados en su servicio.