Un trasladado al HULA, cristales rotos e incluso restos de sangre fueron varias de las consecuencias de una noche que se alargó hasta las siete de la mañana
03 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Un joven trasladado al HULA, cristales rotos, papeles e incluso sangre seca en el suelo frente a la Catedral fueron los restos de la primera gran noche de desenfreno en Lugo desde la relajación de las medidas anticovid. El casco viejo de la ciudad fue el escenario de una fiesta que, en algunos casos, se alargó hasta la salida del sol. Las calles de Clérigos, Rúa Nova o la zona anexa a la Catedral fueron las más afectadas por la presencia de los participantes en varios de los botellones más multitudinarios de los últimos meses.
A primera hora de la mañana, los servicios de limpieza del Ayuntamiento retiraron la mayor parte de los restos de la noche anterior. Botellas, bolsas, papeles y demás basura, que estropeaba la imagen del centro urbano, fue abandonando poco a poco el escenario del botellón. Sin embargo, fueron varios los restos que ni la limpieza pudo borrar.
Frente a uno de los laterales de la Catedral, la uno de los cristales de la puerta de un piso apareció roto por la mañana. Una vecina, que cuenta con una tienda justo en este edificio, reconoce que la presencia de jóvenes realizando botellones había bajado en los últimos tiempos a raíz de la pandemia, pero que temen que vuelva a acentuarse este verano. En su tienda, incluso, también contaba con daños en los cristales, a pesar de que poseen un refuerzo extra.
La otra marca distintiva de la noche de desfase vivida ayer en Lugo fueron unas manchas de sangre que quedaron impregnadas en el suelo de la plaza de la Catedral. Ni siquiera los servicios de limpieza fueron capaces de retirarlas en la mañana de ayer.
Esta sangre, junto con la rotura del cristal de la puerta, parecen indicar que ambos sucesos podrían estar relacionados. Más todavía teniendo en cuenta el testimonio de otro vecino de la zona, que explicaba que una ambulancia «se llevó a un chaval a eso de las cuatro de la mañana» con destino al HULA. Cuenta también que los participantes en el botellón «estuvieron aquí hasta las siete, perfectamente» y que «no nos dejaron pegar ojo». Otro hombre corroboraba esta versión, y explicaba que la presencia de jóvenes de fiesta en la plaza de la Catedral y tras el edificio universitario de la Domus do Mitreo son lugares muy populares para estas celebraciones.
Sin embargo, el centro no fue el único escenario de los botellones en la noche del jueves. El Parque Rosalía de Castro, otro de los habituales para este tipo de eventos, también acogió la visita de varios grupos de jóvenes. Varios operarios que trabajaban en la mañana de ayer confirmaban que los servicios de limpieza «se llevaron mucha basura tirada por el suelo que dejaron tras el botellón».
LA POLICÍA NO REGISTRÓ NINGUNA INCIDENCIA, PERO INSISTE EN EL REFUERZO DE LA VIGILANCIA
Tanto la Policía Nacional como la Policía Local confirmaron que no habrían registrado ninguna incidencia en la noche del jueves al viernes. Ambos cuerpos confirmaron que varias patrullas habían estado haciendo rondas por la zona, pero que no habían tenido que identificar a nadie ni intervenir de ninguna manera.
El Concello confirmó hace unas semanas que se iba a intensificar la vigilancia policial en esta zona, pero el aviso parece no haber sido suficiente para evitar este tipo de eventos. Según los vecinos, los jóvenes podrían haber utilizado la primera noche de reapertura de los pubs de la ciudad como excusa para continuar la fiesta más allá del horario de cierre (03.00 horas) y protagonizar estas escenas.
El ocio nocturno, por su parte, se desvinculó completamente de las actitudes de los participantes en los botellones. El presidente de Hostelería de Galicia y de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería e Turismo de Lugo (APEHL), Cheché Real, reconoció que el «ocio nocturno acaba de abrir» pero los empresarios del sector «ya tienen miedo» a lo que puede suceder por los nuevos contagios, porque la hostelería está siempre «en el punto de mira». Real expresó su «absoluta confianza en los empresarios del sector del ocio nocturno», porque están aplicando de forma rigurosa «todos los protocolos» sanitarios frente al covid-19.
Sin embargo, reconoció sentir cierta inquietud por los comportamientos que pueden derivarse de la «ingesta de alcohol», por lo que hizo «un llamamiento a la responsabilidad de toda la ciudadanía», precisamente para no dar pasos atrás.