
El Foro Territorios Patrimonio reivindica su papel como «bancales del agua»
13 dic 2021 . Actualizado a las 10:42 h.El informe de los asesores de la Unesco que aconsejó aplazar la candidatura a la declaración de patrimonio de la humanidad apunta, entre otros argumentos, al impacto de las centrales hidroeléctricas construidas en la Ribeira Sacra a mediados del siglo XX. Pero los embalses, a estas alturas, son una realidad difícil de obviar en el paisaje de este territorio singular. Y hay profesionales del ámbito cultural que prefieren hacer una lectura en positivo de su presencia ahora que la Xunta prepara el relanzamiento de la candidatura. El conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, confirmó ese nuevo impulso en el Foro Territorios Patrimonio celebrado este fin de semana en Pantón. La creación de un itinerario turístico por las «joyas de la ingeniería» que hicieron posible la navegación en catamarán salió a relucir en una de las ponencias.
«El vaciado del embalse de Belesar es un verdadero espectáculo y se puede ir a contemplarlo como se va a ver los cerezos en flor», señala la arquitecta y especialista en paisajismo Isabel Aguirre, de la que partió la iniciativa que desembocó la inclusión de la Ribeira Sacra en el ámbito de la séptima reserva de la biosfera de Galicia. Los saltos hidroeléctricos motivaron en su día una transformación de los cauces del Sil y el Miño que contribuyó, desde su punto de vista, «a crear paisajes nuevos de enorme valor» y propició el desarrollo del turismo con la puesta en marcha de los catamaranes.
Nada de fotos fijas
«No se puede hablar —precisa Aguirre— de una foto fija del paisaje de la Ribeira Sacra. La introducción de determinados cultivos agrícolas o de los monasterios también supuso en su momento un cambio drástico para este territorio». El contraste ente los bancales anegados, que asoman coincidiendo con la bajada de nivel de los embalses, y los que despuntan gracias al auge de los vinos de la zona es, a su juicio, la mejor metáfora visual «de la fantástica capacidad de resiliencia de la Ribeira Sacra».
Isabel Aguirre intervino en la ponencia «Transformación de un territorio. Las huellas de un paisaje vivo y de futuro, con la que se abrió el Foro Territorios Patrimonio, en la que también participaron Francisco Silva, delegado de Iberdrola en Galicia, y Miquel Àngel Maria responsable de Cultura y Patrimonio del Consell Insular de Menorca, desde el que se impulsó el relanzamiento de la candidatura Menorca Tayalótica ante la Unesco. La experta en paisajismo se refirió a los embalses como «bancales del agua» y reivindicó su valor ecológico en el contexto del cambio climático y la necesaria apuesta por las energías renovables.
En este último argumento incidió el delegado de Iberdrola en Galicia, grupo empresarial al que pertenece el embalse de Santo Estevo, por el que discurre la ruta del catamarán del cañón del Sil convertida en icono turístico de la Ribeira Sacra. «Santo Estevo es una central de producción de energía renovable que aporta un elemento al paisaje que lo hace singular», explica Silva. Esta obra —añade— «hizo posible la navegabilidad del río por el catamarán» y dio pie «a que la imagen de los cañones se haya convertido en el estandarte promocional de este territorio».
«No hay ninguna duda de la integridad y autenticidad del paisaje de la Ribeira Sacra, ahora lo que les toca es volver a trabajar duro», sugiere Miquel Àngel Maria, conocedor de la zona por su amistad con una familia de Quiroga. La candidatura de Menorca Tayalótica ahora aceptada dio sus primeros pasos en el 2009 y por el camino también tropezó con un primer informe negativo del Icomos. «Hay que seguir picando piedra y olvidarse del relato del primer expediente», aconseja el consejero menorquín.
El papel de la Iglesia, otra de las asignaturas pendientes
Iberdrola financiará con 90.000 euros la nueva iluminación de la iglesia de Nuestra Señora la Antigua, en el colegio monfortino de los Escolapios. La empresa especializada que recibió el encargo realizó actuaciones de estas características en el Museo del Prado y en la Catedral de Santiago. Esta intervención salió a relucir en el Foro Territorios Patrimonio como un ejemplo de la necesaria implicación empresarial en la candidatura de Ribeira Sacra a Patrimonio de la Humanidad.
En una de sus intervenciones, Isabel Aguirre emplazó a seguir esa línea a las autoridades eclesiásticas, como propietarias de la mayor parte de los monumentos de este territorio: «Hay que integrar a la Iglesia en la adaptación del patrimonio a un turismo cultural. Tenemos iglesias con cementerios ultramodernos al lado o con un entorno asilvestrado».
El consejero de Cultura del Consell Insular de Menorca abordó indirectamente, por otra parte, una de las cuestiones espinosas de la candidatura de Ribeira Sacra, donde se reclaman compensaciones para los viticultores que cuidan las viñas en el paisaje cultural declarado BIC. En Menorca, los agricultores instalados en el área de proyección reciben ayudas institucionales mediante un contrato que determina a su vez sus obligaciones.