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La Casa Niño más comprometida: «Emociónome vendo como se implican con Ucrania nenos de menos de tres anos»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO

Gemma Fontela, responsable de la Casa Niño As pegadas máis enxebres
Gemma Fontela, responsable de la Casa Niño As pegadas máis enxebres CEDIDA

Gemma Fontela es la responsable de la escuela de Láncara, que está siendo el epicentro de la ayuda a los refugiados

11 mar 2022 . Actualizado a las 12:22 h.

Hace dos semanas que empezó el conflicto en Ucrania y en los últimos siete días Gemma Fontela no paró y apenas consiguió dormir porque está intentado hacer todo lo que puede para ayudar en la causa. No está sola, sino que la acompañan los cinco pequeños que son usuarios de su Casa Niño As pegadas máis enxebres, en Láncara. Desde el día dos están recogiendo material y ahora iniciaron una campaña para llevar juguetes a 14 ucranianos que llegarán a Agolada.

«Empecei isto sen saber que sería tan difícil atopar quen recolla o material donado», asegura Fontela. Aun así, no piensa parar con su campaña sobre todo porque le emociona ver como respondieron los niños. La profesora infantil de 27 años decidió ser un punto de recogida de donativos tras hablar con una compañera ucraniana que había estado de Erasmus en Lugo: «Ela segue en Ucrania e falábame de todo o que lles faltaba». Así que desde el día dos de marzo, en colaboración con varios negocios de A Pobra de San Xiao, Fontela recoge ropa, medicamentos o alimentos. «Os nenos axúdanme a facer os paquetes e xa forma parte da rutina, cada mañá preguntan se vai vir alguén a traer cousas para os nenos ucranianos», cuenta. No es fácil explicarle a pequeños de cero a tres años qué está pasando en Ucrania, Fontela optó por no mencionar la guerra para que no fuese violento sino explicarles lo que estaban pasando los niños ucranianos según las cosas que también tienen aquí: «Dígolles que teñen que irse da súa casa só coas súas nais e que teñen que estar sen xoguetes, por exemplo». Con el paso de los días, y tras mostrarle algunas imágenes de lo que estaban pasando los niños afectados, los pequeños lancareses ya entendieron la situación. «Queren facerlles debuxos e darlles xoguetes, é moi emocionante».

La idea de Gemma Fontela era enviar a Ucrania todo el material recogido, a través de alguna asociación o voluntariado que estuviera viajando a la frontera. «Pero topeime con que xa estaban saturados e ninguén recollía nada», cuenta. Así que la profesora empezó a hacer decenas de llamadas para contactar con refugiados que ya hubiesen llegado a Galicia y dio con 14 ucranianos que están en Agolada. «Este sábado, unha amiga de Pontevedra e eu imos ir cunha furgoneta cargada para llevarles cousas», explica. Así, se asegura de que lo donado por los vecinos de Láncara acaba en manos de conocidos. Actualmente tienen mucho material de alimentación o medicamentos, pero están haciendo una recogida de juguetes para los refugiados de Agolada. El resto de donativos serán recogidos el martes en la Casa Niño por un camión para poner rumbo, por fin, a Ucrania.

Un centro familiar y personal

«A colaboración con asociacións e este tipo de causas era algo que faltaba no meu proxecto da Casa Niño», asume. As pegadas máis enxebres abrió en diciembre del 2020 como una «prolongación do fogar» para cinco niños lancareses. Es el segundo centro de este tipo que abre en el concello de Láncara. La joven profesora se decidió a ponerse al frente de la casa porque quería tener la libertad de impartir su propia metodología. De hecho, tomó este camino tras estar un tiempo opositando y cubrir una baja en otra Casa Niño: «Puiden diferenciar que era o que quería». Desde hace un año, As pegadas máis enxebres es un lugar «moi familiar», en contacto permanente con las familias, que «respecta o ritmo dos nenos», dejando que sean autónomos hasta que reclaman ayuda. Además, un elemento esencial es naturaleza. «Aos nenos nótaselles que cando máis felices son é cando saen ao bosque que temos aquí ao lado», cuenta Fontela. Los cinco niños aprovechan para ver las setas, pasear con los perros de los vecinos, saltar en los charcos de agua o jugar con los elementos de naturaleza. «Case non temos xoguetes que funcionen por si mesmos, busco que haxa posibilidades de creación, mesmos con palos ou pedriñas», explica la joven docente.