¿Qué queda de la Ruta del Mueble de Sarria?

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA SARRIA / LA VOZ

LUGO

De izquierda a derecha, David Rodríguez, de Muebles Celeiro; Alex Rodríguez, de Muebles Blanco; y Luis Franco, de Muebles Franco
De izquierda a derecha, David Rodríguez, de Muebles Celeiro; Alex Rodríguez, de Muebles Blanco; y Luis Franco, de Muebles Franco

Aunque el itinerario no es ni la mitad de lo que empezó siendo, se mantienen casi los mismos comercios e incluso abrieron nuevos

06 nov 2022 . Actualizado a las 19:21 h.

En los 22 kilómetros que transcurren desde Nadela hasta Sarria por la carretera secundaria se mantienen abiertas diez mueblerías. Tras una crisis de la construcción, la apertura del corredor hace 15 años y ahora del desdoblamiento de la autovía, la Ruta del Mueble conserva casi todos sus negocios y con un alto volumen de trabajo. 

 La ruta se ideó hace más de 20 años para dar a conocer las mueblerías de la comarca sarriana: «Nos asociamos y hubo una inversión enorme para visibilizarlos en prensa, televisión, anuncios, carteles...». Una completa campaña de márketing se compaginó con un sector que cogió fama por su variedad, personalización y calidad. «Aquí viene la gente a comprar los muebles para que le duren toda la vida». 

Los carteles de la afamada ruta se colocaron a pie de la carretera LU-546 que estaba repleta de tráfico porque era la única comunicación. Sin embargo, con la apertura del corredor hace 15 años se redujo de manera drástica. Aun así, miles de clientes se seguían trasladando hasta Sarria para comprar muebles. «Los sábados había colas para entrar, casi no podíamos ni parar a comer», recuerda Luis Franco, de Muebles Franco.

Lo que sí castigó notablemente a la ruta fue la crisis de la construcción. Dejaron de hacerse nuevas viviendas y con eso también se paralizó la venta de muebles para decorarlos. Los responsables de los negocios los recuerdan como los años más duros para la ruta y lo que más marcó su futuro. El itinerario fue perdiendo fuelle como conjunto, pero cada uno de los negocios resistió. Tan solo cerró una de las naves y otra se calcinó en un incendio. De hecho, hace cuatro años una de ellas incluso cambió de dueños, Muebles Aikia, por lo que se siguió apostando por la zona. Coinciden en el secreto del éxito: «Fidelizamos muchísimos clientes».

De la asociación de la ruta quedan solo los carteles pero cada negocio consiguió fidelizar sus clientes
De la asociación de la ruta quedan solo los carteles pero cada negocio consiguió fidelizar sus clientes U.C.

La referencia continúa

La fama que consiguió Sarria con el bum de la Ruta del Mueble atrajo gente de toda Galicia, sobre todo de A Coruña, Ferrol, Narón, Ourense y Ponferrada, además de los locales de la provincia de Lugo. A día de hoy, continúan viajando clientes de toda la comunidad, aunque los de Ponferrada son los que más han disminuido.

«Es cierto que cuando el corredor aún no estaba abierto venía más gente del exterior y ahora son más locales, tenemos un importante punto de distribución en Lugo», asegura David Rodríguez, de Muebles Celeiro. El tránsito de compradores que pasa ahora por la carretera de Sarria «no es la mitad ni de la mitad» de lo hubo en su momento, pero es suficiente para que las mueblerías sigan en buena situación.

«Estamos a tope de trabajo, además con la pandemia la gente se metió a hacer pequeñas reformas y se notó mucho», asegura Natalia, de Tapisa. El perfil de clientes continúa siendo el mismo de siempre en la ruta. Quienes se acercan son personas de más de 40 años que buscan muebles de calidad. «A la gente joven no llegamos porque ahora tienen Internet y muchas multinacionales». En la Ruta del Mueble se encuentran calidad y servicio completo de transporte y montaje de los muebles: «Ikea non nos supón tanto problema porque é outro tipo de cliente».

Las grandes naves de las mueblerías albergan sofás, camas o mueblería de todo tipo por la que los interesados pueden hacer un recorrido y probarlas como si estuvieran en su casa, como asegura David Rodríguez: «A venta por Internet non é tan importante para nós porque a xente quere probar».

Todos los negocios son conocidos y los clientes saben adonde van. «La forma de comprar ha cambiado, ya no se hace lo que ir a ver lo que te encuentras y mirar todos los negocios sino que saben cómo trabajamos y vienen a tiro fijo», aclara Nuria, de Kibuc. Algo que contrasta con la manera en la que empezó la ruta: «La gente venía con una libreta apuntando los precios desde el primer negocio hasta el último». Esto que recuerda Natalia de Tapisa creen que tampoco podría hacerse a día de hoy porque «los costes de la gasolina no están para recorrerte una y otra vez una carretera», como apunta Luis Franco.

Siempre hay algún coche aparcado en las entradas de las mueblerías, como en Muebles Celeiro
Siempre hay algún coche aparcado en las entradas de las mueblerías, como en Muebles Celeiro REBECA FERNANDEZ

Así se adaptaron

Resistir dos décadas abiertos y compitiendo con otras nueve mueblerías también supuso cambios y adaptación para los negocios sarrianos. Por ejemplo, Muebles Blanco hace años que centra su negocio en los muebles para hostelería: «El negocio para el hogar es ya una parte mínima».

El responsable, Alex Rodríguez, asegura que aunque la ruta no es lo que era ya no depende de la ubicación para tener beneficios sino que el sector hostelero ya lo conoce y ya acude a él. Clientes fidelizados. «Es una línea que el resto de negocios no explotan». 

Otros como Kibuc fueron mejorando e innovando con el paso de los años y, como explica Nuria, además de que buscan ser cada día más competitivos con mejores calidades introducen servicios como la proyección 3D de los espacios con sus muebles. 

En cuanto al puro aspecto logístico, destaca que todas las firmas mantengan las grandes naves además en un momento en el que los gastos fijos no para de subir. Sin embargo, para ahorrar luz y costes, algunas firmas cierran la tienda mientras van a realizar repartos o solo encienden las luces de la planta cuando hay clientes, ya que la iluminación es esencial para que luzcan los muebles.

«Intentamos ahorrar o máximo aínda que foi inevitable subir os prezos dos produtos», cuenta David Rodríguez. Al pasar por la LU-546 siempre hay algún coche aparcado en las entradas de las mueblerías y tras tantas adversidades los responsables trabajan con la convicción de un buen pronóstico.