Ha sido reelegido para un cargo al que accedió en 1990
07 jun 2023 . Actualizado a las 20:06 h.Del servicio militar a la gestión de planes de empleo y de proyectos de inclusión. La Cruz Roja ha visto cambiar sus actividades, aunque no sus principios fundacionales. En Lugo ciudad, desde 1990 hasta hoy, esa evolución tiene un nombre, Luis Abelleira Mayor. Este miércoles ha sido reelegido para un puesto, el de presidente provincial, al que accedió hace 33 años.
Desde 1990, a los jóvenes que realizaban el servicio militar, hoy desaparecido, en la Cruz Roja se añadieron los objetores de conciencia. La entidad llegó a tener más de 20 ambulancias, repartidas por toda la provincia. Con la supresión del servicio militar, también pasó a ser pasado la objeción de conciencia, mientras que la creación del servicio sanitario 061 hizo casi testimonial el papel de las ambulancias de la Cruz Roja.
La disminución de ese perfil ha ido acompañado del impulso a otros. El primer plan de empleo se puso en marcha en el 2001, y los refugiados, los mayores de 45 años, los jóvenes y las personas con riesgo de exclusión social son las que reciben atención en ese proyecto. Un año después, en Castro de Ribeiras de Lea, abrió sus puertas el centro de atención a personas con daño cerebral, un campo de trabajo ampliado unos años más tarde con la residencia para personas con daño cerebral.
Reforma de la sede
La sede lucense de la Cruz Roja, situada en la avenida de Madrid, se reformó en la década pasada. Se construyó en los años ochenta del siglo pasado, y con las obras se remodelaron las dependencias y se eliminaron las barreras arquitectónicas. De las ambulancias, tan presentes hace décadas en las carreteras de la provincia, aún quedan ejemplos hoy: funcionan cuatro, y una de ellos incluso tiene una uvi móvil. En Castro de Ribeiras de Lea, por otro lado, se creó un centro de patología dual, que desde el 2021 atiende a personas con trastornos de conducta.
Como muestra de las nuevas actividades que se van llevando a cabo en los últimos tiempos, en un monte de Samos, afectado por un incendio hace años, se puso en marcha un proyecto de repoblación de ocho hectáreas de terreno con especies autóctonas.