El lucense, que es sordo, ha logrado su sueño de ser profesional
25 jul 2023 . Actualizado a las 11:25 h.«Se puede llegar al éxito, quiero demostrar que se puede hacer», afirma Miguel Fernández. Este lucense con pérdida auditiva ha probado que cada vez existen menos barreras en los deportes y que es posible llegar al nivel profesional a base de esfuerzo y dedicación.
Miguel es funcionario del Servicio de la Administración de Justicia, pero en su tiempo libre se dedica a su mayor afición, las artes marciales. A los 7 años se quedó sordo, pero ese mismo año también descubrió una de sus mayores pasiones: «En uno de los controles médicos del colegio le dijeron a mi madre que tenía principios de pies planos y nos aconsejó que hiciera deporte descalzo, así fue como empecé en este mundo».
Durante varios años, Miguel compitió a nivel profesional, llegando a obtener la segunda posición en el campeonato de España de Light Contact en el 1992 con la Federación Gallega y también una medalla de oro con la Selección Gallega en el 1991. Aunque tuvo que dejar los campeonatos porque sufrió un accidente automovilístico que le dañó la espalda, continuó su pasión primero como juez y después como árbitro nacional, principalmente de la modalidad de Kickboxing y Muay Thai desde el 2015 en la Federación Nacional.
«Al ser sordo es difícil, pero el presidente de la Federación Gallega, que también fue mi profesor, me animó. Me parecía imposible al tener una discapacidad, pero aún así lo intenté y busqué alternativas. Se me ocurrió que se podía tirar una almohadilla de esponja para saber cuando se paraba el tiempo al verla», comenta el lucense.
Miguel nació en Francia porque sus padres fueron emigrantes, aunque asegura que se siente completamente gallego. «Vine a Lugo con 9 años porque antes estuve en Barcelona, pero mi madre es de Cospeito y mi padre de Vilalba», explica. Además de ser un amante de las artes marciales, también compagina su pasión con las labores de defensa de los derechos de las personas sordas en ALUSOR (Acción Lucense de Sordos), donde es presidente.
Este sábado, Miguel cumplió uno de sus sueños, ser árbitro profesional y además a nivel europeo: «Estaba muy nervioso porque no me lo esperaba, en Galicia hay cuatro profesionales y ahora conmigo somos cinco». La competición por el cinturón de Campeón de Europa de disputó en Noia, donde se celebraba la MFC Championship Showdown 031 Muai Thai Pro 59 Kg. «Antes arbitraba para nivel aficionado, pero en profesional hay otras técnicas y normas diferentes», señala el lucense.
«Fue una gran oportunidad porque esto me permite seguir progresando, además de que conocí a muchos compañeros», comenta. En la competición había profesionales de toda Europa, pero él era el único español que arbitraba. «Hace poco también estuve en el Spanish Open Kickboxing, un torneo internacional celebrado en Benidorm», señala el lucense, aunque su próximo reto es llegar a vestir la camisa de Juez-Arbitro WAKO (Asociación Mundial de Organizaciones de Kickboxing) y WAKO Pro, la máxima categoría que existe.
Pero el objetivo de Miguel Fernández no solo se centra en el deporte, ya que también pretende «transmitir a las personas con algún tipo de discapacidad y que tengan algún sueño o interés, que se puede conseguir lo que uno se proponga y que las barreras se pueden destruir».