Su registro goleador y la calidad de su plantel, garantías para la remontada
18 nov 2023 . Actualizado a las 19:50 h.Se ha escrito que uno siempre regresa a los lugares en los que ha amado la vida. Para el actual técnico lucense, Pedro Munitis, el regreso a Sabadell siempre va a tener un sentimiento especial. Allí dejó muestras de un excepcional trabajo culminado con una extraordinaria reacción del conjunto arlequinado, que a punto estuvo de obtener el premio de los puestos de promoción a la fase de ascenso a categoría profesional tras haberse hecho cargo del conjunto arlequinado en posiciones de descenso.
Cuarenta y siete puntos conseguidos a lo largo de veinticinco jornadas, con 1,88 puntos por partido disputado, constituyen una gesta superior a las realizadas por Antonio Hidalgo y Lluis Carreras en las temporadas de sus ascensos de categoría con el cuadro catalán y el mejor promedio obtenido por los arlequinados en el presente siglo.
Nos espera en destino, un Sabadell condenado al descenso de categoría el día en el que los lucenses, comandados por Rubén Albés, lograron la histórica victoria en la última jornada en el Estadio de Vallecas.
Un Sabadell que no ha tardado en olvidar el trabajo realizado por Miki Lladó la pasada temporada, destituyéndole tras siete jornadas en el cargo y con el equipo fuera de las posiciones de descenso de categoría.
Estas carencias de confianza que parecen haberse instalado de forma permanente en este maravilloso deporte, y que tanto daño le hacen, no suelen acabar bien. En la actualidad, el conjunto sabadellense ocupa la última posición de la tabla clasificatoria.
Puesto que no refleja la realidad
Una clasificación que, en el caso del conjunto catalán, no hace justicia ni al juego desplegado por el equipo ni a la calidad de la plantilla configurada. La falta de contundencia defensiva está constituyendo un lastre para los arlequinados en la presente temporada, aspecto que, de ser mejorado, contribuirá, de forma efectiva, al cumplimiento del objetivo de permanencia en la categoría.
En fase ofensiva, los trece tantos conseguidos en las jornadas disputadas, mejoran los registros goleadores tanto del conjunto lucense, como del auténtico trasatlántico de la competición.
Una última posición a la que ha llegado tras obtener cinco derrotas consecutivas con el nuevo técnico, Gerard Bofill, segundo entrenador de Miki Lladó, al frente de los arlequinados.
Bofill, una referencia
El joven entrenador del conjunto catalán constituye una auténtica referencia a nivel personal para todos y, especialmente, para aquellos que se despiertan cada día con el reto de tener que disputar su partido más importante con ese compañero de seis letras que, a veces, se encapricha con instalarse de forma microscópica en nuestro organismo.
Bofill nos ha demostrado, con su ejemplo, que el amor a los demás es la mejor de las medicinas que existen, nos ha demostrado que un trozo de bosque y cuatro piedras pueden convertirse en el paraíso Can Buch para devolver a la naturaleza el agradecimiento por la superación de obstáculos, nos ha demostrado que los sueños, en este caso deportivos, deben ser perseguidos con determinación y trabajo y que la fortaleza no reside en no caer nunca, sino en saber levantarse rápidamente después de cada caída.
Presión en campo adversario
El Sabadell basa su estilo de juego en un posicionamiento avanzado en bloque de presión alto sobre el poseedor del balón, que en la mayoría de las ocasiones no se acompaña de la intensidad necesaria, ni de la implicación de la totalidad de jugadores, ni de la distancia adecuada entre líneas, ni del repliegue adecuado en caso de resultar inefectiva, resultando a los adversarios ventajosa la creación y el aprovechamiento de los espacios de juego creados en su irregular proceder por el conjunto catalán.
Sistema 1-5-3-2
El técnico catalán plantea como sistema de juego habitual el 1-5-3-2, con titularidad habitual, en las últimas jornadas para Adrián Ortolá en portería, línea defensiva con Antonio Sánchez, Pau Resta y Toni Herrero como centrales, tras la lesión de Jon Ander Amelibia, David Astals en el carril derecho, Juanmi Carrión en el izquierdo, Sander Ballero, Antonio Moyano, Carlos Beitia, Marc Doménech y Cristian Herrera disputándose las tres plazas en el medio campo, con Manel Martínez y Marcos Baselga como principales referencias ofensivas. Alternativas en el once inicial Ricard Puyol en el centro de la defensa, Pablo Monroy en el carril derecho, Álex Gualda y Fran Callejón en medio campo y Guillem Naranjo, Nando García y Vladyslav Kopotun en la delantera. Escasa aportación hasta el momento del mediocentro Raúl Baena, sancionado para este encuentro.
Asumen riesgos innecesarios en la fase de inicio
En fase ofensiva, no se muestran demasiado efectivos con la posesión de balón, generando pérdidas de posesión en fase de inicio que les ha acarreado la pérdida de encuentros importantes, como ocurrió en el encuentro disputado frente al Deportivo.
Mejoran su efectividad cuando ceden la iniciativa del juego al rival y cuando despliegan juego directo hacia sus referencias ofensivas o cuando la progresión se realiza por bandas, de forma poco elaborada y que finaliza con centro al área. En este sentido, resultan efectivas las incorporaciones de jugadores desde segunda línea y el aprovechamiento que realizan de segundas jugadas.
Buen dominio del juego aéreo, que explotan de forma efectiva en las estrategias ofensivas, disputando con éxito duelos aéreos.
Mejorable intensidad
En fase defensiva, disponen de una irregular distancia entre líneas, muestran una escasa intensidad en los duelos individuales y se muestran especialmente vulnerables ante rivales que transitan con velocidad.
No defienden con eficacia las segundas jugadas, irregularidad en las interceptaciones ante disparos del adversario, lentitud excesiva en transiciones defensivas y muestran una evidente falta de concentración en lances defensivos sin aparente peligrosidad, que ha conllevado la señalización de infracciones en el interior de su área y de expulsiones absolutamente innecesarias. Deseosos de que las urgencias presentes en nuestro deporte no sean impedimento para ver a Gerard Bofill construir en el histórico Sabadell su Can Buch particular.