Viajar en clase económica

Miguel García LUGO / LA VOZ

LUGO

Óscar Cela

25 nov 2023 . Actualizado a las 22:23 h.

La temporada transcurre en esa fase donde nadie perdió la esperanza de conseguir sus objetivos, de alcanzar los retos que en julio y agosto se muestran como la meta soñada. Vivimos ahora ese momento donde ya se superó la salida de un viaje emocionante pero todavía se ve la llegada como algo lejano. Acomodados en el asiento, se van pasando las estaciones con mayor o menor agrado. Hay viajeros muy atrevidos, aquellos que no pasan desapercibidos, se sitúan en los asientos delanteros sin ningún rubor, acumulando días, semanas y meses situados en los puestos más apetecidos por el resto de pasajeros.

Nuestro Lugo, pasa desapercibido en un vagón cercano al primero. Sin estridencias, sin ruido, acomodado en un espacio donde divisa las primeras posiciones. No parece entusiasmado en llamar la atención. No es descortés con los que ocupan el vagón principal, les cede sin problema ese espacio sin reservas, pero es contundente y tajante con el resto de pasajeros. No concede el menor de los acercamientos, sin excesos, sin abusos, pero firme en su propósito de no alejarse del vagón delantero y poner tierra de por medio con el más retrasado.

Este es el tránsito que estamos divisando, cuesta ponerse a la altura de los más poderosos en este momento, no encuentra la oportunidad o si la encuentra, no está acertado para poder sustraer puntos a los gallitos. Por el contrario, va puntuando donde debe, con pico y pala, sin una superioridad manifiesta pero consiguiendo estar en una posición ilusionante.

Por el Anxo Carro pasó un equipo, el mejor equipo en mi opinión de los que he visto. No viene mal aprender del adversario. Domina todos los registros del fútbol con nota alta así que el partido de ayer puede ser una buena enseñanza para revisar el equipaje de esta travesía.

Viaje largo el que espera, conviene ir provistos de paciencia, serenidad, temple, aguante, perseverancia para no perder una posición que le permita llegar cerca de la meta con la fuerza y determinación necesarias para sorprender a los usuarios del vagón principal y asaltar los asientos delanteros.