Antonio Turiel: «Galicia estará sometida a vientos extremos por el cambio climático»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

Antonio Turiel impartió una conferencia en la Politécnica del Campus de Lugo
Antonio Turiel impartió una conferencia en la Politécnica del Campus de Lugo Laura Leiras

El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas explica que habrá cambios radicales en las condiciones de vida y que la comunidad será una de las pocas zonas habitables

04 dic 2023 . Actualizado a las 20:14 h.

Antonio Turiel (León, 1970) es científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Departamento de Oceanografía Física y Tecnológica del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona. Asimismo, es un reconocido divulgador, encargado de impartir una conferencia en el acto de entrega de la VI Edición Premios Rafael Crecente, que tuvo lugar el jueves en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería (EPSE) de Lugo. Turiel habló de la situación energética, centrándose en el agotamiento de combustibles fósiles y de uranio. Hizo hincapié en que los modelos impuestos no acaban de funcionar y también explicó que la producción de electricidad se está multiplicando, «pero en realidad cada vez consumimos menos». Asimismo, el científico e investigador cree que el coche eléctrico no debe masificarse, detalló alternativas para combatir el cambio climático y puso el foco sobre el «debacle» de la energía eólica, al considerar que se invierte en su implantación masiva en momentos en los que la industria eólica europea «está a punto de quebrar en masa».

—¿Las grandes ciudades forman parte del problema?

—Caminamos hacia un contexto de descenso energético en el que dispondremos de menos energía y de menos materiales, por lo que es bastante probable que se produzca una cierta esponjación del territorio y que haya un cierto abandono de las ciudades. Ocurrirá en todos los sitios, pero será progresivo. Yo no diría que esto será la solución, sino mas bien una tendencia que va a venir, en contra de muchas proyecciones. Habrá una cierta tendencia a volver al campo, aunque habrá que ver hasta dónde llega.

—En un contexto de cambio climático, ¿qué posición ocupa Galicia?

—Galicia es de los pocos sitios habitables en los escenarios de cambio climático que se plantean ahora mismo, aunque no estará exenta de problemas como puede ser la llegada cada vez más frecuente de huracanes. Es decir, Galicia estará sometida a vientos extremos importantes, aunque a diferencia de otros sitios la temperatura va a ser más agradable y la cantidad de agua que cae al año será suficiente para cultivar. De todas formas, el cambio climático puede provocar un cambio muy radical en las condiciones de vida de Galicia, y esto es algo a tener en cuenta.

—¿Diría que la falta de comunicaciones es un lastre en la comunidad y también para muchas otras zonas de España que siguen aisladas?

—El problema de la falta de comunicaciones es algo endémico en Galicia en particular, y más concretamente en Lugo. Esto es una aberración. En lugar de darle tanta importancia a las carreteras se tiene que fomentar el tren electrificado convencional ya que se sabe que tiene mucha eficiencia en el uso de energía para el transporte de pasajeros.

—¿Podrían llegar a agotarse los recursos en una comunidad como Galicia, o por el contrario será de las que más resistan?

—Los recursos de Galicia son fundamentalmente renovables y si son explotados correctamente, resultan inagotables. Aun así habrá problemas porque en cuanto estalle la primera burbuja renovable habrá una segunda orientada a la biomasa, y ahí Galicia correrá el peligro de que se intente hacer un modelo de explotación de la madera y de los cultivos insostenible. Es decir, si se empiezan a cortar más árboles de los que se pueden replantar, esto acabará con los bosques. Lo importante es que con una gestión adecuada y correcta, Galicia está muy bien situada en el mapa mundial.

—¿Seguimos viviendo de espalda al futuro o el conocimiento empieza a tomar partida?

—Creo que de momento hay una tendencia a intentar ignorar los problemas porque no se quiere aceptar que es necesario un cambio muy profundo del sistema socioeconómico, y que hay que abandonar la idea absurda del crecimiento infinito. Precisamente que figuras como la reina Letizia, que hace unos días hizo alusión a problemas importantes que se están dando, se posicionen claramente sobre este tema sirve de ayuda para que se hable de algo que no se puede aplazar más tiempo teniendo en cuenta todos los problemas que se nos vienen encima.

—¿Cómo nos podemos preparar individualmente para el agotamiento de recursos, el cambio climático...?

—Las medidas individuales siempre son útiles, sobre todo aquellas que reducen facturas energéticas. Vivir de productos del campo, apostar por la aerotermia... son cosas que ayudan, pero no debemos perder de vista que el problema es mucho más profundo y que se necesita un cambio más estructural, del sistema de crecimiento, que sea capaz de generar empleo y bienestar. Esto implica empezar un proceso que no es individual, sino colectivo.

«Tenemos que estar preparados para que la situación se agrave cada vez más»

Antonio Turiel hace hincapié en la importancia de la concienciación y en que la sociedad debe prepararse para que el contexto global se agrave.

—¿Lo peor está por venir?

—No tengas la menor duda. El cambio climático está entrando en una fase global, desconocida, que nos asusta mucho a los que trabajamos estos temas. Hay que estar preparados para un agravamiento de la situación, pero hay otros problemas ambientales muy serios como la pérdida de biodiversidad o la escasez de recursos. Este último me preocupa especialmente. La producción de diésel del mundo es un 25 % inferior de lo que fue en el año 2015. Hay países que están racionándolo, y otros tomarán medidas más drásticas. Por eso hay que empezar a pensar en adaptaciones profundas.

—¿Colapsaremos? ¿Cuándo?

—Los procesos de colapso de civilización que hemos vivido a lo largo de la historia tienen un rasgo común: se colapsa por empecinamiento en una idea equivocada y dañina. En cierto modo, se colapsa porque se quiere colapsar. Hay civilizaciones que reconocieron la magnitud de sus retos, cambiaron y no solo no colapsaron, sino que mejoraron. Yo creo que no colapsaremos. Tenemos que cambiar y cambiaremos.

—¿Qué será de la producción agrícola y ganadera, tan dependiente del gasoil y de los abonos químicos?

—Esto es algo que se puede abordar, pero que también implica muchas transformaciones. Los fertilizantes no son tan necesarios, si se hace una gestión adecuada de los residuos y se cierran los ciclos. Precisamente en el Campus Terra trabajan en biodigestores donde se separa el biogás de los nutrientes que vuelven a la tierra. El tema mecanización es más complejo, abordable, pero con bastante trabajo y desarrollo.