«Non máis escusas, os cans de Lugo merecen unha protectora en condicións xa!»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

Alberto López

Cientos de personas se manifestaron por las calles de la ciudad para pedir colaboración a las administraciones. El albergue lucense lleva 41 años suplicando unas instalaciones dignas

26 ene 2024 . Actualizado a las 21:37 h.

Las calles del centro de Lugo se llenaron este viernes de varios cientos de personas que decidieron manifestarse para exigir una protectora de animales «digna» que cubra las necesidades mínimas de los perros y gatos que son abandonados en muchos concellos de la provincia a diario. La protesta recorrió el casco histórico y estuvo encabezada por la Asociación de Plantas y Animales de Lugo, que se encargó de la organización.

«Non máis escusas, protectora xa!» fueron algunos de los eslóganes que se escucharon durante la concentración, que duró casi una hora. Acudieron manifestantes de todas las edades, pero también un número significativo de perros. «Estes son adoptados, e se os vexo metidos nas instalacións hoxe, morrería coa pena», decía un joven de Lugo. Todos pedían lo mismo: un albergue nuevo y acondicionado.

ALBERTO LÓPEZ

Con un kilómetro cero situado conscientemente en la Praza Maior, frente al consistorio, el recorrido pasó por la Raíña, Santo Domingo, Teatro y la Rolda da Muralla. Bocinas y gritos sonaron altos también al pasar por delante del edifico de la Diputación y junto al de la Xunta de Galicia.

Cronología 

La cronología de la Protectora de Animales y Plantas de Lugo podría definirse fácilmente. El albergue se abrió hace 41 años y la saturación, el hacinamiento y la insalubridad fueron constantes a lo largo de las décadas. Decenas de presidentes fueron logrando pequeñas ampliaciones, pero todavía no se materializó un proyecto de envergadura que permita cumplir con las leyes de bienestar animal y garantizar un hogar temporal digno para más de 250 canes y gatos. 

Julio de 1982. Las dependencias de la protectora municipal tenían cabida para 12 o 15 animales. Ya se hablaba de la construcción de un refugio en Muxa, donde se encuentran las instalaciones actuales, para poder aumentar la capacidad. Eran los veterinarios los que se encargaban de alimentarlos, muchas veces con dinero de su propio bolsillo. Entonces, los presupuestos municipales no contemplaban ninguna partida para este servicio municipal, que sacrificaba a los animales si no eran reclamados en un plazo de varios días.

Noviembre de 1982. Empiezan las obras de construcción de la Protectora de Animales y Plantas de Lugo en una finca próxima al barrio de As Gándaras.

Abril de 1983. Se inauguran las instalaciones del albergue municipal, tras una inversión de tres millones de pesetas. El albergue se hizo en una finca de 3.000 metros cuadrados cedida por la Diputación de Lugo. Se construyeron 6 perreras dobles, con 12 plazas, y se hizo una zona para cementerio. Además, el albergue funcionaba como residencia canina.

Agosto de 1986. Los problemas de espacio fueron una constante durante décadas en la protectora de Muxa. En 1986, el entonces veterinario municipal ya explicó en La Voz que los canes abandonados que no eran recogidos en tres o cuatro días tenían que ser sacrificados y pidió también la construcción de «una perrera en condiciones». Presentó un proyecto de ampliación, que fue rechazado.

Diciembre de 1993. La protectora se quedó sin fondos para dar de comer a los 300 canes que entonces vivían en las instalaciones de Muxa, que no tenían luz.

Junio de 1997. Las instalaciones acogían 400 perros y solo 21 tenían sitio dentro de las instalaciones. El resto vivía a la intemperie en la finca. No había alimentación para todos.

Septiembre de 1999. Empiezan las obras para ampliar plazas y separar a los animales por sexo, pero resultaron insuficientes.

Julio de 2000. El hacinamiento hizo que varios perros se devorasen entre sí, tal y como recogió La Voz. La protectora tenía una deuda económica que impedía comprar pienso y asegurar los servicios veterinarios básicos para los canes, por lo que muchos fallecían también por enfermedades.

Julio de 2001. La protectora empezó a buscar terrenos para trasladar el albergue. Las instalaciones se quedaron pequeñas desde un principio, y desde la directiva empezaron a plantear futuros emplazamientos.

Julio de 2008. La Xunta prometió unas nuevas instalaciones para la protectora.

Enero de 2015. La protectora esperaba una ampliación que le permitiría pasar de los 3.200 metros cuadrados a casi 42.000. El terreno sería cedido por la Diputación. En parte, se materializó pero el espacio no llegó y 450 perros convivían en un lugar en el que apenas cabrían dignamente 200.

Marzo de 2017. Veterinarios y particulares salieron al rescate económico del albergue, ya que las deudas de Concello y Diputación sobrepasaron los 115.000 euros. Los animales sobrevivieron gracias a donaciones.

Abril de 2017. Fue el mes en que la Xunta legalizó la protectora después de 35 años en el limbo.

Enero de 2019. Continúan las promesas de ampliación. Concello y Diputación aseguraron que la obra estaría terminada en 2019, pero la Confederación Hidrográfica Miño-Sil no autorizó el trabajo al haber un regato cercano a las instalaciones. La protectora pagó 9.000 euros de licencia, que no recuperó a día de hoy.

Marzo de 2023. El Concello de Lugo anunció la creación de una nueva protectora en las antiguas instalaciones del matadero municipal de Nadela. En julio, el proyecto se quedó sin los fondos europeos, con los que estaba previsto pudiese financiarse.

Alegaciones: el PP pidió prescindir una partida para huertos urbanos y una particular avisó de que el Concello incumple ley

El Grupo Municipal de Lugo del Partido Popular propuso en el último pleno del 2023 que una partida contemplada para huertos urbanos se desviase a la protectora de animales. La enmienda del PP fue desestimada.

Ahora se acaba de conocer que también el gobierno local niega fondos a la Protectora desestimando la alegación que firma el Presidente de esta entidad, al igual que otra petición de una particular que alertó de que el concello, al ser la protectora municipal, estaba incumpliendo las leyes vigentes en materia de bienestar animal, por lo que exigía unas instalaciones dignas en el escrito que presentó.