El Concello quiere encargar catas arqueológicas para disponer de más datos sobre la cerca medieval de la villa
26 mar 2024 . Actualizado a las 18:12 h.Hace algo más de 200 años, en la capital chairega se veía una buena parte de la muralla medieval. Así lo escribe Antonio Peña, incansable buceador en archivos locales, en su obra Villalba en el siglo XIX, imprescindible para ahondar en el conocimiento del pasado local. El perímetro abarcaría una superficie de unas dos hectáreas que formaría un polígono irregular, y a lo largo de ese siglo hubo reconstrucciones y consolidaciones. La muralla tendría cuatro puertas: una estaría al principio de la actual calle Porta de Cima, junto a la plaza de Santa María; otra, en la costa da Roxeira, cerca de la calle Mato Vizoso; otra, al final de la rúa do Sol, y otra, detrás de las actuales casas del inicio de esa calle,.
Lo que se hoy conserva de la cerca medieval no es mucho ni está muy señalizado. Ni el empeño investigador de Antonio Peña Novo encontró mucha continuidad y dio origen a más obras, ni la divulgación del patrimonio histórico medieval ha estado entre las grandes prioridades del Concello. Ahora, al menos, las ideas han cambiado, y la concejala de Comercio, Turismo e Promoción da Lingua, María Xosé Fernández, pretende encargar investigaciones que ofrezcan más datos sobre la muralla.
La intención no acaba de surgir. La concejala, que pertenece al grupo de Vilalba Aberta, explicó este miércoles que hace meses, en los primeros tiempos del actual gobierno de coalición, había contactado con arqueólogos para exponerles sus intenciones. Los estudiosos acudieron a Vilalba y realizaron una inspección superficial en la confluencia de la rúa do Sol con la rúa da Pedra, en donde hay a la vista restos de la antigua muralla.
No se hizo más porque es un terreno que está en manos privadas. La concejala abordó con los propietarios la posibilidad de un acuerdo para realizar investigaciones, agradece la actitud receptiva que han mostrado y confía en tener el visto bueno de todos en breve plazo. En esa primera visita, desveló la concejala este miércoles, los arqueólogos se marcharon de Vilalba con buenas perspectivas sobre los resultados de posibles trabajos. Para Fernández, llegar a disponer de más datos sería interesante para el conocimiento de la historia local, pero además abriría la puerta a plantear la solicitud de una mayor protección: una idea que se tiene en cuenta es intentar que esos restos logren la declaración de Bien de Interés Cultural.
Queda por salvar, de todos modos, otro escollo. La concejala reconoció que la situación económica del Concello no permite afrontar en solitario esa iniciativa, por lo que uno de sus siguientes pasos será solicitar ayuda económica de la Diputación.