La Feira Medieval de Monforte dice adiós con la vista puesta en la edición del 2025

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LUGO

En el Ayuntamiento quieren que el año que viene ya sea fiesta de interés gallego para preparar después otros reconocimientos

01 abr 2024 . Actualizado a las 12:32 h.

La Feira Medieval de Monforte se despidió este domingo con una jornada final más cómoda que la del sábado, muy condicionada por el mal tiempo. También llovió, pero menos que el día anterior y en general resultó más agradable pasear por las calles del centro histórico, engalanadas con cientos de banderolas y pancartas y llena de puestos de venta de productos artesanos. La vista está puesta ya en el 2025, porque en el Ayuntamiento están convencidos de que esa edición, la que hace el número 21, será también la primera que lucirá el reconocimiento de fiesta de interés turístico de Galicia.

En el Ayuntamiento de Monforte estaban esperando a este 2024 para que la fiesta medieval cumpliese 20 años y se cumpliese así uno de los requisitos que por sí mismos facilitan automáticamente la concesión de esta consideración por parte de la Xunta. Será el segundo intento, después del que fue rechazado en el 2018.

El alcalde, José Tomé, asegura estar convencido de que esta vez la respuesta será un sí, y adelanta que no se van a quedar ahí. A su juicio, una vez conseguida la distinción gallega será el momento de ir a por la declaración de fiesta de interés turístico nacional.

Sin cancelaciones

En todo caso, y a la espera de ver si la del 2024 es o no la primera Feira Medieval de Monforte de interés gallego, el certamen volvió a llenar Monforte. Esta veinte edición no fue, ni de lejos, la más multitudinaria de todas, porque el mal tiempo hizo muy difícil ver las calles del centro llenas durante más de dos horas, sobre todo el sábado. La gente salía cuando la lluvia escampaba y se metía en casa o en los bares cuando volvía a caer.

En todo caso, lo cierto es que ninguna de las citas que más gente suelen reunir de esta fiesta, como la subida con antorchas y la suelta de globos en San Vicente del sábado por la noche o las justas medievales en el colegio de los Escolapios, tuvieron que ser suspendidas por la lluvia. Y en algún momento del sábado parecía que no iba a quedar más remedio.

La segunda jornada de esta fiesta de recreación histórica, que se celebra en las calles del centro medieval y en el cercano barrio de San Antonio, terminó este domingo a las nueve de la noche con un espectáculo de acrobacias en el Campo de San Antonio.

A esa hora, los vendedores de los 135 puestos de artesanía instalados en media docena de calles ya recogían para marcharse. Nunca había habido tantos puestos. Y nunca el Ayuntamiento había invertido tanto dinero en esta fiesta. El coste definitivo está todavía por cerrar, pero en el Ayuntamiento cuentan con que rondará los 100.000 euros. Desde la llegada de José Tomé a la alcaldía en el 2014 el presupuesto de esta convocatoria no ha hecho más que aumentar.