La propuesta de dedicar la Casa da Cultura a Manuel María, la Biblioteca a Agustín Fernández Paz y el Conservatorio a Santiago Mato Vizoso fue rechazada por falta de acuerdo
16 oct 2024 . Actualizado a las 12:47 h.Los homenajes en Vilalba se cotizan mucho, sobre todo si debe intervenir el Concello. El reglamento municipal de honras y distinciones fija una mayoría de dos tercios del pleno, lo que equivale a un voto favorable de doce de los diecisiete concejales, para establecer un reconocimiento de ese tipo. Solo así una personalidad de la historia local o relacionada con el municipio podrá tener dedicada una calle o un edificio público con su nombre.
En el pleno de este jueves se debatió una propuesta del Instituto de Estudos Chairegos (Iescha) para que la Casa da Cultura, la Biblioteca Municipal y el Conservatorio llevasen, respectivamente, los nombres de Manuel María, Agustín Fernández Paz y Santiago Mato Vizoso. Los votos del PSOE (cinco ediles), de Vilalba Aberta (tres) y del BNG (uno) chocaron con la abstención del PP (ocho representantes), por lo que la iniciativa no salió adelante. Que esos u otros homenajes se llevasen a cabo no sería imposible si, por ejemplo, se tuviese en cuenta una idea lanzada por los populares en la sesión plenaria.
El concejal José María García-Leira Boado propuso que estos homenajes se debatiesen en una comisión, en la que cada grupo podría presentar y defender sus propuestas de modo que se lograse un acuerdo y el asunto se tratase luego en pleno. La medida, dijo, evitaría que en los plenos se produjesen discusiones por homenajes, ya que se contaría con un acuerdo anterior. Por otro lado, subrayó que su grupo no rechazaba esos reconocimientos sino la forma en que se decidían. El concejal del BNG, Tino Alvite, no se mostró este viernes contrario a esa idea, aunque cuestionó los méritos por los que el Auditorio Municipal lleva el nombre de Carmen Estévez. Estévez (1925-1996) fue esposa de Manuel Fraga.
Las últimas calles de la capital chairega a las que se les dio el nombre de alguna personalidad de la vida local se bautizaron así a finales de los años noventa. Las calles Benxamín Paz y Mestras Amelia e Sagrario tuvieron esa denominación en una época en que el casco urbano se expandía con la construcción del nuevo centro de salud.
A principios de este siglo se abrió la que conecta Plácido Peña con el Auditorio Municipal, y se le dio el nombre de rúa do Cotarón, tomado de esa zona de la villa. Al tramo que va del cruce de la calles Muras y Abadín con la rúa da Revolta se le puso la denominación de rúa de Cospeito. En el polígono de Sete Pontes, como recordó este viernes García-Leira Boado, las calles tienen nombres de árboles o de arbustos.