Xulio Álvarez, el artesano de las obras de papel: «Vendo por Instagram, pero tamén co boca a boca»
LUGO
Este ourensano asentado en Lugo hace cuadros y figuras de mascotas, pero también lámparas o pendientes: «Ás veces danme as dúas da mañá porque para min isto non é traballo»
11 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando te despistas, Xulio Álvarez convierte un billete de cinco euros en una figura de papel. También mete la mano en el bolsillo del pantalón, como si de una chistera se tratase, abre un xeitoso sobre, coge un pequeño cuadrado y de repente, lo transforma en un beso.
Este ourensano asentado en la ciudad de Lugo se resiste a que le llaman artista y la verdad es que lo suyo encaja mejor en el concepto de artesanía. Trabaja con las manos en algo que le apasiona y hace, por encargo, desde cuadros a figuras de distintos tamaños, lámparas o pendientes. Y todo, con papel. «Vendo a través de Instagram, pero tamén me funciona moi ben o boca a boca», asegura. Su nombre en las redes es 'Can de Papel', en honor también a una de sus musas, Tai, una galga de 11 años que es testigo de todas sus creaciones y que también forma parte de los cimientos del proyecto. De hecho, admite que lo que más le gusta es hacer cuadros o figuras de animales.
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Xulio, que nació en un pequeño pueblo cerca de Manzaneda y aterrizó en Lugo por amor, tiene fijación con las manualidades. Su predilección por el origami, una técnica japonesa que consiste en hacer figuras de papel, pero sabe mucho de muchas cosas y puede presumir de ser un completo autodidacta que profesionalizó su gran pasión hace 12 años. «O de case especializarme en retratos de mascotas vén de hai uns oito anos. Antes facía máis bisutería, lámpadas... En realidade comecei co origami. Un día vin a alguén en internet que facía algo con cartóns e capas, pedinlle unha información que non me deu e púxenme a buscar ata que aprendín», precisa.
Con el taller dentro de su propia casa, Xulio admite que es muy difícil vivir del arte, pero puede presumir de dominar no una, sino muchas técnicas que lo hacen disfrutar del día a día. «Este tipo de traballos están mal pagados e o que podo dicir e que ás veces cobro menos por hora ca unha persoa que limpa», detalla. Todos sus trabajos tienen tras de sí un gran esfuerzo en horas y materiales. «As satisfaccións do que fago son moitas e non todo é cuestión de diñeiro. Eu son completamente libre de horarios, tampouco sinto nunca que estou traballando porque o que fago, gústame. Ás veces cégome cos traballos e danme as dúas da mañá. Eso non hai cartos que o paguen», dice convecido. En ocasiones tiene lista de espera y también transitó por las ferias.
Los materiales
Los materiales que el artesano emplea en sus obras llegan de Japón, y los compra a través de empresas internacionales. «O papel é unha loita constante porque nas librarías xa non venden moitos dos materiais que preciso porque son caros. Véxome abocado a mercar online», asegura Xulio, que tras más de una década especializándose sabe bien lo que necesita, exige calidades y conoce todos los trucos. Además, tiene que asegurarse de que las piezas que elabora no se deshagan tras un tiempo. «O que non podo é resistirme a un papel que me guste, sinto que teño que mercalo, aíinda que no momento non saiba para que», añade.
Este ourensano asentado en Lugo triunfa con los cuadros de mascotas, que muchas veces contienen también a sus dueños. Los trabajos transitan por toda la comunidad, especialmente por Lugo, aunque también hace envíos: «Que eu saiba o que máis lonxe está foi parar a Barcelona».
Y así, acompañado de su humor negro, desprendiendo transparencia y derrochando amor por su trabajo, Xulio hace que el papel cobre vida propia.
Su faceta de músico
Pero estamos hablando de un hombre de sorpresas. Tanto es así que Xulio Álvarez publicó un álbum hace apenas unos días. Bajo el título de -icon, se puede escuchar a través de la plataforma Bandcamp, buscando 'King Boar'. Por último, explica que también fabrica y reforma guitarras, aunque asegura que tan solo es una aficción. Él tiene cinco. Con modestia, conseguimos que Xulio confiese que sabe coser también. Y quién sabe cuántas cosas más.