Antonio Seral: «No hay en España afición tan entendida en baloncesto como la de Lugo»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

Antonio Seral alaba la calidad que tenían jugadores como Alfredo Pérez o Manel Sánchez
Antonio Seral alaba la calidad que tenían jugadores como Alfredo Pérez o Manel Sánchez OSCAR CELA

Dice que fichar jugadores que se den a conocer en la ciudad es la clave del club

29 abr 2024 . Actualizado a las 12:31 h.

Antonio Seral dejó la práctica del baloncesto de primer nivel antes que otros de su misma época. Pero no dejó el baloncesto, ya que siguió jugando en equipos de Lugo ciudad, adonde había llegado tras una estancia en A Coruña. Siguió relacionado con ese deporte de otra manera, pues llegó a ser vicepresidente y director deportivo del Breogán. Por si alguien duda de su relación con el deporte de la canasta, ahí va una confesión suya: «Mi mujer dice que llevo baloncitos de baloncesto por las venas».

—Usted conoció tiempos heroicos para el baloncesto...

—Lugo siempre fue ciudad de baloncesto, el pabellón siempre estaba lleno. En Lugo hace frío, y un pabellón cubierto permite hacer deporte. El baloncesto es un deporte que gusta, y cada vez gusta más: cada vez hay más potencia, los jugadores son más fuertes...

—¿Cuánto cambió el baloncesto de sus tiempos a hoy?

—Mucho. Ahora hay más fuerza. Hoy se hacen muchos mates; en mi época era algo que hacíamos cuatro, y digo hacíamos porque yo sí los hacía. Hoy, se mides 1,90, tienes que machacar [el aro] porque si no no eres jugador de baloncesto. Se ve también en el tiro de tres; se ha ido retrasando la línea porque hay más potencia, y hoy ya se tira desde ocho metros.

—Usted era director deportivo cuando, en 1984, el Breogán ascendió y se creó la Liga ACB. Qué gran momento...

—Cuando lo cogimos, siendo Mauricio Posada presidente, el equipo estaba en Segunda División, en una categoría que no le correspondía. Había problemas económicos: los problemas de todos los equipos. Logramos subirlo a Primera B, y luego, a la ACB. Quedamos sextos y jugamos la Copa Korac; al año siguiente, séptimos, y al otro, nos descendieron. Los árbitros iban contra nosotros.

—¿Es irrepetible aquel Breogán?

—No. Hoy hay americanos como Jimmy Wright o Jimmy Allen, pero hay que pagarles. En Lugo teníamos a Manel Sánchez, a Tito Díaz y a Suso Fernández, que aportaron muchísimo. Eso bajaba el presupuesto, porque el jugador de aquí perdía un poco de dinero y así teníamos extranjeros buenos.

—¿De quién era el mérito?

—De todos. Los jugadores son básicos, pero hace falta una directiva seria, que sepa lo que tiene entre manos. Y la afición... La nuestra siempre ha sido de las mejores de España.

—¿Molestaba aquel Breogán?

—No. Pero después de aquel día [el partido contra el Oximesa jugado el 14 de febrero de 1987, que acabó con invasión de aficionados en la cancha tras un polémico final, en el que una canasta que daría el triunfo al Breogán fue anulada y sustituida por tiros libres a favor del club lucense, que no se llegaron a lanzar porque luego se dictaminó que la jugada estaba ya fuera del tiempo reglamentario] vino el problema. Los árbitros se juntaron: nos cerraron el pabellón; tuvimos que ir a jugar a Santiago; ganamos con tranquilidad, y no nos permitieron volver a jugar en Santiago. Podíamos habernos librado [del descenso] porque teníamos equipo para eso.

—¿Se sufre más como jugador o como directivo?

—El jugador puede correr; el directivo solo puede buscar dinero. El jugador sufre, pero da lo que puede y no puede hacer más. Es como si te hablo de la afición. ¿Qué puede hacer? Aplaudir y gritar. No hay en España una afición tan entendida como la de Lugo, que además anima mucho.

—¿Cuál es el mejor jugador que ha visto en Lugo?

Alfredo Pérez, Manel Sánchez... Jimmy Allen y Jimmy Wright eran una maravilla. Hubo otro que jugó en La Casera, Bob Fullarton, que era muy bueno. Ha habido muchos muy buenos.

—¿Cuál es la clave para fichar?

—Lo que hace el Breogán. Hay que captar jugadores jóvenes, con posibilidades, que vengan a Lugo y se den a conocer. Hemos tenido jugadores, como [Dzanan] Musa o [Tyler] Kalinoski, a los que no les correspondía jugar en el Breogán, pero estuvieron aquí y al año siguiente tuvieron oportunidad de irse. La clave es esa, captar jugadores jóvenes que se mezclen con los veteranos. Tienes que ganar 500.000 euros; pero aquí ganas 200.000, y al año siguiente, en otro equipo, ganas 700.000. No hay otra fórmula.

—¿Le gustaría ver más gente de Lugo en el Breogán?

—Ya la hay [los hermanos Quintela]. Ha habido gente que ha estado en otros equipos y ha vuelto. Es difícil porque el nivel del baloncesto ha subido mucho y no hay competición en Lugo para hacer jugadores. El Estudiantes ha ido sacando gente... Hemos tenido un montón de jugadores para ser una ciudad pequeña.

Inicio. Antonio Seral nació en Zaragoza en 1949. Empezó a jugar en al baloncesto en su ciudad natal y formó parte de la plantilla del Helios.

Trayectoria. El Bosco de A Coruña fue su primer equipo en Galicia. En Lugo jugó en el CB Breogán y en La Casera. También fue directivo y miembro del cuadro técnico del equipo breoganista.

Actualidad. Vive en Lugo.

 Implicó a Jesús Lence en una colaboración que llega hasta hoy

Antonio Seral destaca que la capacidad económica cada vez marca más la diferencia y que en una ciudad como Lugo no abundan las grandes empresas que puedan promover grandes patrocinios. Recuerda, de todos modos, que consiguió implicar a Jesús Lence en el baloncesto, una relación que se mantiene hoy no solo en el patrocinio sino en la presencia de su hija Carmen al frente de la entidad. «Si tuviéramos dos o tres empresas que apoyasen así, tendríamos un equipo distinto», dice. Esa capacidad económica, explica, es la que permite a equipos como el Unicaja o el Baskonia competir a un alto nivel. «Pero —agrega— pasa también en el fútbol: si tienes dinero, tienes mejores jugadores».