Al templo romano de Santa Eulalia de Bóveda, además del agua, también le hace daño el sol

Suso Varela Pérez
Suso Varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Las obras incluyen levantar la piscina, para conocer el sistema hidráulico del templo, además de analizar la entrada del sol y su incidencia en la conservación
Las obras incluyen levantar la piscina, para conocer el sistema hidráulico del templo, además de analizar la entrada del sol y su incidencia en la conservación ALBERTO LÓPEZ

La Xunta ya ejecuta el plan director de esta joya con origen en el siglo III, y además de trabajos de conservación, estudiará los efectos de las condiciones climatológicas y se levantará la piscina para conocer el sistema hidráulico

17 oct 2024 . Actualizado a las 18:10 h.

El singular monumento de Santa Eulalia de Bóveda, a 14 kilómetros de Lugo ciudad, es un espacio vivo y como tal necesita desde que fue descubierto y puesto en valor, hace más de un siglo, de constante medidas de conservación y, en especial, para atajar los daños que provoca la humedad y la cristalización de las sales en sus pinturas y en sus muros.

La Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude ya dispone de un extenso plan director para actuar e intervenir en diversos ámbitos, desde la propia conservación, a la difusión del monumento o su estudio científico e histórico. Pero quizás lo más urgente siempre es actuar allí donde se están produciendo daños que, en ocasiones, ya han sido irreparables para esta joya del siglo III y que ha tenido a lo largo de los años numerosas interpretaciones sobre su construcción, datación y, sobre todo, uso.

La Xunta acometerá trabajos de conservación preventiva en el monumento, en los que invertirá 48.300 euros. Las obras se han licitado este jueves, según informó el delegado territorial de la Xunta en Lugo, Javier Arias, quien visitó el conjunto y explicó que se realizarán labores de mantenimiento y actuaciones orientadas a estudiar la hidráulica del edificio y los efectos de las condiciones ambientales y climatológicas, singularmente la acción del sol. El plazo estimado de ejecución es de un año.

Los trabajos

Entre otras tareas, se limpiará la cubierta plana y se reparará el canal de acero inoxidable en el frente del forjado, que recoge las goteras de filtraciones de agua; también se arreglará la marquesina que protege el arranque de la bóveda del piso superior, y la cámara bufa se dotará de iluminación de mantenimiento y un acceso seguro.

Asimismo, se abrirá una pequeña ventana en la puerta de acceso desde el camino para permitir la visión frontal del monumento cuando permanezca cerrado, y se mejorará la accesibilidad a la oficina de información, situada a escasos metros.

El delegado de la Xunta en Lugo, Javier Arias, visitó el templo de Santa Eulalia de Bóveda
El delegado de la Xunta en Lugo, Javier Arias, visitó el templo de Santa Eulalia de Bóveda

La novedad

Pero en esta ocasión, la Xunta da un paso más en el estudio para conseguir una mejor conservación de Santa Eulalia de Bóveda. Se trata profundizar en el conocimiento de las condiciones óptimas de conservación, y por ello se cubrirá provisionalmente el espacio del atrio con una tela de sombra calada que servirá para valorar el control del sol en esa zona.

En la misma línea, para estudiar el control de temperatura y humedad, se aislará el interior cerrando puertas y ventanas con carpinterías de madera de castaño. Por último, se levantará el pavimento de la piscina para el estudio del funcionamiento hidráulico de los distintos canales del conjunto.

Origen y uso

Santa Eulalia de Bóveda cuenta con las declaraciones de Monumento Nacional —desde 1931— y Bien de Interés Cultural. Existen diversas teorías sobre su origen y evolución, pero todas apuntan al carácter romano del monumento y la mayoría describen al menos dos momentos principales en su historia.

El primero estaría vinculado a la construcción de un espacio único cuadrangular abovedado precedido de un pórtico a modo de nártex, y el segundo a las pinturas y a la división del espacio en tres naves separadas por columnas y arcadas. El monumento original podría datarse entre los siglos III y IV de nuestra era, pero en lo relativo a las pinturas existen discrepancias en cuanto al momento en que fueron ejecutadas, a pesar de que tanto las técnicas como la alta calidad y los motivos son típicos del arte romano tardío, y como conjunto son las más importantes de España.

Igualmente, persisten las dudas acerca de su uso, con interpretaciones que entienden que pudo ser originariamente un mausoleo similar a otros encontrados en el este del imperio y dedicado a Dionisio (tesis doctoral defendida por Enrique Montenegro), o bien un ninfeo, o también un lugar de reunión de culto pagano relacionado con las propiedades curativas del agua, y posiblemente cristianizado posteriormente, momento en el que se dividiría en tres naves.