Álex Ortiz, entrenador del Lugo B: «Yo quiero crecer y si algún día se plantea la oportunidad por mí encantado»

Millán Gómez LUGO / LA VOZ

LUGO

CEDIDA

El filial rojiblanco encadena dos victorias seguidas y cuatro jornadas invicto

29 abr 2025 . Actualizado a las 20:36 h.

Alejandro Jesús Ortiz Cabrera (Málaga, 1987) es el actual primer entrenador del Lugo B en su segunda etapa después de un bienio entre 2020 y 2022 donde alcanzó el play-off de ascenso a Segunda Federación en su primera temporada y donde obtuvo el ascenso directo en su segunda campaña. Un entrenador ofensivo, de juego asociativo y capaz de amoldarse a diferentes registros, así como un técnico muy querido por sus jugadores y con un sobresaliente carisma. Su Lugo B es octavo en Tercera Federación con 44 puntos con la permanencia ya certificada matemáticamente.

- ¿Cómo surgió su vuelta al Lugo B?

 - Me llamó Tino (Saqués). Desde que yo marché nosotros siempre hemos mantenido conversaciones de lo que iba haciendo. Hace unos meses se concretó la llamada, en la que me comentó que había habido cambios en la estructura. Dani (Galán), que era el entrenador que estaba en el filial, había ido al primer equipo a echar un mano con el análisis. Me comentó la posibilidad de volver y no me lo tuve que pensar mucho. El tiempo que estuve en mi primera etapa fui muy feliz, estuve muy contento. Todo se dio como nos hubiera gustado que se diera. Yo hablé con el grupo que en ese momento estaba en el Villarreal. Comenté la posibilidad y les dije que me hacía ilusión volver, que creía que era el momento en el que el club me necesitaba para que hiciésemos otra vez ese trabajo con los chicos y poder acercarlos al primer equipo. Desde el Villarreal me dieron todo tipo de facilidades. 

 - ¿Cómo valora su etapa en el Villarreal CF?

 - Contactaron conmigo el pasado verano. Ya me habían contactado hace dos temporadas. Habló conmigo Jorge de Cózar, que está en la dirección deportiva, así como los dos coordinadores del fútbol base. Estaba entrenando en el sub 16, en el cadete. Ellos querían que estuviera tres o cuatro años con ellos desarrollando la metodología del club, echando una mano, aportando mi experiencia y mis conocimientos porque en el Villarreal hay muchísima gente válida. Llevaba tiempo sin estar en la formación pura y absoluta, pero aquello es una familia muy grande y te lo ponen muy fácil. Tienen muchísimos medios, hay muchísima gente alrededor del equipo y de los cuerpos técnicos. Le dan muchísima importancia a la formación deportiva, pero también a la formación de la vida. Estuve muy contento. 

 - ¿Cómo recuerda sus dos temporadas en el Lugo B consiguiendo el ascenso en la segunda campaña?

 - El ascenso no era el objetivo en ninguno de los dos años, como objetivo de club no nos lo propusimos en ningún momento, pero se fue dando. La primera temporada nos quedamos muy cerca en ese play-off que perdimos contra el Somozas en el Ángel Carro. Tuve la enorme suerte de encontrarme muchísima gente de club y muy cercana, como Diego (Sánchez Rodríguez), que era por aquel entonces el director de cantera, y también un cuerpo técnico súper trabajador con Fernando Currás, Marcos Bello, Fran (Fernández), Iván Noé y Alberto, que ahora es fisio en el Breogán. Me pusieron las cosas muy fáciles. En cuanto a jugadores, dos años que son sin duda los dos mejores años a nivel de grupo, la gente te ponía las cosas muy fáciles, sabían a lo que venían, sabían cuál era su papel, cuando les tocaba ir para arriba trataban de dar lo mejor y cuando tocaba estar abajo pues luchaban por conseguir el objetivo que tenemos todos. Individualmente estuve muy contento, la ciudad me encantó. Se dieron tantas cuestiones buenas que por eso fue tan fácil tomar la decisión de volver. 

 - ¿Por qué se marchó del Lugo B después del ascenso en 2022?

 - Se juntaron varias situaciones. Por un lado tuve un pequeño problema familiar. Fue solucionado, pero en ese momento no tenía la mente puesta en el fútbol. No sabía, de hecho, si ese año iba a entrenar. Yo tenía un año más de contrato en el Lugo B, pero primero quería solucionar lo familiar y tampoco quería hacer esperar a nadie del club. En Lugo me tantearon algunos equipos tanto el primer año como el segundo. El presidente y la dirección deportiva del Lugo me apoyaron, me dijeron que no había ningún problema, que estaban muy contentos con mi trabajo y que ojalá pudiera volverse a darse esa vuelta. Y así fue. 

 - ¿Qué destaca de toda esa generación de jugadores? ¿Qué futbolistas le inspiraron más?

 - Cada año hemos tenido jugadores que han destacado por su calidad técnica en el campo y por su comprensión del juego. Y luego hemos tenido también un grupo de jugadores muy trabajadores, que reconocían su papel. Por ejemplo, Christian (Fernández) y Iaguito Novo, que tantas cuestiones buenas nos dieron, pero había un grupo de jugadores como Marcos (González Vázquez), Manu (Núñez), el propio (Álex) Fidalgo, que eran muy currantes. En el segundo año teníamos una plantilla un poco más joven porque veíamos lo que hacían los jugadores en el juvenil. Entonces, subimos tanto a (Andrés) Castrín como a (Leandro) Antonetti. Fichamos a Álex Ramos, que ya nos había gustado mucho en el Fisterra y el club también lo conocía de una etapa previa en el Lugo. Fichamos a (David) Rojo. Se formó un grupo que era un grupo de amigos que terminaban de entrenar y se iban a comer todos juntos. Veías que llegaba el cumpleaños de un jugador y no faltaba ni uno a esa celebración. Era un grupo súper unido. Jugadores que no jugaron aportaron en todo momento. Me acuerdo, por ejemplo, de Damián (Noya), que era el cuarto central. También era de los más jóvenes. Era un grupo en el que primaba mucho más lo colectivo que lo individual. Eso fue lo que nos llevó a estar ahí. 

 - Ahora mismo tiene a dos jugadores en el filial que también suben al primer equipo y han debutado ya en Primera FEF. Son el interior Pablo Fernández Rubal y el lateral diestro Alberto Freire. ¿Qué destaca de ambos a nivel táctico, técnico y físico?

 - Rubal siempre entrena con el primer equipo. Con nosotros solo pudo jugar dos partidos. Físicamente es impresionante, corre mucha cantidad de kilómetros, salta a la presión, es inteligente tácticamente, sabe dónde tiene que estar ubicado siempre. Freire con nosotros ha jugado tanto en derecha como en izquierda, aunque desde su etapa juvenil viene jugando más en la izquierda a pesar de diestro. Freire es muy seguro, trata de no tomar riesgos, sabe bien cuál es su papel y es muy comprometido también. 

 - Usted tiene experiencia en la Tercera de Andalucía y conoce la Tercera donde juega el segundo filial del Villarreal. ¿Cuál es el nivel de la Tercera Federación en Galicia comparada con otros grupos?

 - Es una Tercera muy, muy fuerte. No sé si esta temporada, a nivel general, hay equipos que han subido un poco el nivel y equipos que lo han bajado un peldaño. Cuantos más equipos gallegos haya en Segunda FEF un poquito más bajo va a ser el nivel de la Tercera. Puedes ir en un determinado puesto y mirar tanto para arriba como para abajo. Puede haber equipos con un menor presupuesto, pero que tienen dos o tres jugadores que han jugado en categorías superiores. La Tercera en Galicia tiene un nivel alto, sobre todo los equipos altos de la clasificación. Quedarían en la zona alta de otros grupos, no tengo duda. 

 - Su esquema habitual es el 4-3-3. ¿Qué le aporta este esquema? ¿Qué ventajas tiene?

 - Es un esquema que a nivel de reparto de espacios, tanto en ataque como en defensa, te ayuda a ocupar los máximos espacios posibles. Permite mutar rápido de una posición a otra. El 4-3-3 se convierte en un 3-2-4-1 para atacar. Contra el Barbadás pudimos variar a un 4-2-3-1. Defendemos 4-1-4-1, entonces simplemente bajamos a los extremos un poquito para formar esa línea de cuatro. Nos permite tener movilidad y adaptarnos a diferentes esquemas sin tener que variar mucho. 

 - ¿En qué momento de forma está el equipo?

 - Hemos merecido más de lo que hemos obtenido. Es un equipo que entrena muy bien, gente muy comprometida, corremos muchísimo durante los entrenamientos, tenemos entrenamiento con muchísima intensidad. Llevábamos mucho tiempo ahí un poco en tierra de nadie, que ni nos veíamos para arriba ni para abajo, eso ha podido como esa falsa tranquilidad en algunos momentos. Aunque hemos hecho buenos partidos no nos estaban saliendo los resultados, sobre todo a nivel ofensivo porque tirábamos mucho a portería. Contra el Silva tiramos siete u ocho veces, el rival te tira una y te gana el partido. Hemos cometido errores un poco de novatos, de gente joven. También ganamos 0-4 en Sarria y nos sale todo bien. (Hugo) Padín mete un golazo olímpico, (Xavier) Cidre, que era su segundo partido, marca el segundo gol. Desde que he llegado todos han partido de titulares, hemos rotado los porteros, todos se sienten partícipes.

 - ¿Tiene la aspiración a corto, medio o largo plazo de ser primer entrenador del primer equipo del Lugo?

 - Sí, yo obviamente como cualquier jugador del club quiero crecer y si algún día se plantea la oportunidad por mí encantado. Es una categoría en la que nunca he entrenado y obviamente me haría una ilusión tremenda, pero sé que mi papel al volver el Lugo, el papel que considero que tiene el entrenador del filial es un papel en el que tenemos que competir, pero sabemos que estamos a disposición de lo que ocurra en el primer equipo, si tienen que tirar de jugadores, etcétera. Si algún día el club considera que tiene que darme la oportunidad yo obviamente encantado y con la mayor disposición e ilusión posibles. Yo trabajé con Juanfran (García) y con Rubén (Albés) y yo he estado a disposición de lo que ellos necesitasen porque si algún día llega mi oportunidad me gustaría que el entrenador que estuviera a cargo del filial también tuviera esa predisposición para ayudar porque considero que lo más importante es el club. Entonces, con mucha ilusión cuando se tenga que dar, si es que se da. En ese caso, encantado. 

 - Fue director de metodología en el Viitorul FC, en Constanza (Rumanía) en la temporada 2019-2020 antes de fichar por el Lugo en su primera etapa. ¿Cómo es el nivel del fútbol rumano?

 - Me sorprendió mucho tanto en el primer equipo como en el fútbol base. Gica Hagi es el dueño del club y también es el entrenador. El presidente es (Gica) Popescu. Ellos tienen mucha influencia de lo que se hace en España en formación. Entonces, querían trasladar toda esa metodología española tanto en formación de técnicos como en el día a día en los entrenamientos. Rumanía no deja de ser un país del este, por así decirlo, y el físico tiene mucha influencia, muchísima importancia, pero también querían tener otra visión. Yo fui primero como director de metodología, pero a los pocos meses al director de cantera le salió una oferta de la selección y se marchó. Entonces, me quedé como director de la cantera. Mi papel era el mismo, pero también tenía que organizar temas administrativos y de federación. Los medios también me sorprendieron muchísimo porque vamos siempre con prejuicios a los sitios sin conocerlos previamente y luego todo lo que viví allí es élite en el sentido de una ciudad deportiva con nueve campos de fútbol, todo adaptado para el jugador porque la metodología es muy clara y es formar jugadores para que lleguen al primer equipo. Y tan a rajatabla lo llevan que le dan prioridad a eso por encima de cualquier otra cuestión. De hecho, si miras las selecciones rumanas, desde la absoluta hasta las más pequeñas, la mayoría de jugadores son formados allí. Ahora se juntaron dos equipos, que son el Viitorul y el Farul, y ahora el club se llama FCV Farul Constanta.