Pablo López se gana la vida como conductor de camión, pero su verdadera pasión es trabajar con material reciclado para crear objetos de hierro forjado, piedra, madera o latón, que ya vende fuera de Galicia
28 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Pablo López López (Oviedo, 1981) es un artesano atípico. No se dedica a tiempo completo a su proyecto más personal, que lleva el nombre de Luz y Forja, porque él vive de conducir camiones. Sin embargo, el reloj marca las dos de la madrugada cuando está en su taller, situado en Fonfría (A Fonsagrada), a caballo entre su amada Galicia y su Asturias natal. Allí disfruta, se relaja y crea. Su peculiaridad es que utiliza materiales sobrantes, por lo que todo lo que hace es reciclado, bien sea de hierro forjado, piedra, madera e incluso latón.
El flechazo de Pablo con la artesanía empezó en 2016. Dos años después, viendo la buena aceptación que tenían sus piezas y lo mucho que disfrutaba haciéndolas, decidió ponerse las pilas. «Le dedico todo mi tiempo libre a esto. Aunque trabajo en Asturias, paso todos los fines de semana en A Fonsagrada. Cuando llego cada viernes, lo primero que hago es entrar en el taller y me pueden dar las dos de la madrugada. Soy madrugador, así que a las seis de la mañana ya estoy con la faena otra vez», cuenta el artista.
Sin embargo, Pablo López es conductor de camión desde hace algo más de 20 años. Un buen día decidió hacer un curso de soldadura y lo primero que salió fue una rosa. «La empresa para la que trabajo cogió un contrato relacionado con las torretas de telefonía. Del resultante de hacer los agujeros salieron las cabezas que utilizo para hacer muñecos», desgrana.
Aunque Pablo vive en Lugones, su madre y pareja residen en Fonfría, hasta donde se desplaza semanalmente. «Allí está mi taller; yo soy más gallego que asturiano», dice sonriente.
Pablo se puso manos a la obra en 2016, pero lo suyo con la artesanía viene de atrás: «Siempre me gustó, pero nunca me dediqué a esto. Lo que empezó a modo de pasatiempo fue evolucionando. Pasé de hacer rosas a pensar en ponerle luz a otra figura. Entonces me ayudó un compañero electricista y entre los dos diseñamos el nombre de Luz y Forja».
Los materiales que utiliza Pablo para sus obras de arte salen muchas veces de las chatarrerías: «Cojo a peso cadenas, tornillos... y algunas de las lámparas de latón están hechas de tuberías. Todo es material reciclado, más del 90 %», explica.
El trabajo manual requiere de poca herramienta: «Un yunque, martillo, radiales, alicates y poco más». Sin embargo, los tiempos son largos en esto de la artesanía: «Una rosa me lleva unos 40 minutos. Dependiendo de la pieza, puedes complicarla lo que quieras e ir incrementando el tiempo. Hago muchísimas rosas, porque es el producto estrella, pero también muñecos que representan distintas profesiones y hasta una Santa Compaña en honor a mi Galicia», relata.
Para comercializar sus productos, Pablo asegura que lo que mejor funciona es «el boca a boca». Sin embargo, también mantiene al tanto a sus seguidores a través de su cuenta de Instagram (@luzyforja).
Hace unas semanas, el joven acudió a una feria de Negueira de Muñiz para darse a conocer. «Es la primera a la que fui, porque de eso suele encargarse una alumna mía, que también está aprendiendo el oficio», explica.
En temporadas difíciles, Pablo López disfruta de su pasión por la artesanía y sigue profesionalizándose: «Esto es lo que me relaja y siento que tengo futuro porque los productos tienen tan buena acogida que no solo los vendo en Galicia o Asturias. Ya mandé piezas a Albacete, Salamanca e incluso en avión hasta El Salvador», dice este asturiano acogido por Galicia.
Soy
Un conductor de camión que dedica todo su tiempo libre a la artesanía
Mis productos
Se venden por encargo y también a través de Instagram (@luzyforja)