El Arenal Emevé blinda su ADN con la renovación de su capitán, Víctor Bouza, y con una de sus más firmes promesas, Samuel Barrasa. Pasado, presente y futuro del club se dan la mano con la continuidad de estas dos piezas fundamentales para José Valle y refuerzan la identidad del equipo.
La próxima será la décima temporada de Víctor Bouza como uno de los pilares del Arenal Emevé. Nada menos que una década para uno de los líderes en la cancha, que ha vivido la consolidación del club en la máxima categoría y la aparición de talentos emergentes como Samuel Barrasa. El líbero, de solo 16 años, se convertió la campaña pasada en el debutante más joven en la historia del club en la Superliga Masculina y en la 23-24 verá reforzado su papel en el grupo.
La continuidad de Bouza tiene una gran importancia para José Valle, que le define como «ese jugador que todo el mundo quiere, que no se va a rendir, aunque vaya perdiendo de 10, 12 o 15 puntos, y también es el que va a estar apretando cuando vayas ganando para cerrar lo antes posible esa victoria. Por algo es el capitán del equipo y uno de sus pilares fundamentales».
El técnico de Abadín destaca la veteranía de un jugador al que considera uno de los mejores en su posición dentro del campeonato: «Es un jugador que acumula muchísima experiencia, con muchos años en la máxima categoría y en otras ligas. Con los años ha ido modificando su juego. Antes tenía quizás más carga de ataque y ahora esto ha disminuido, pero sigue teniendo una efectividad muy alta por la cantidad de recursos que tiene».
Con tan solo 15 años, Samuel Barrasa se convirtió en el jugador más precoz en la historia del club lucense en jugar un partido de Superliga Masculina. El joven líbero lucense tomó el testigo de Mario Dovale sobre la cancha y se convirtió en algo más que una revelación. Lo tiene claro su técnico que señala que «tiene un presente y un futuro prometedor. Estuvo ya la temporada pasada ligado al primer equipo y fue muy importante en labores de recepción».