
Eduardo Álvarez y Lucía Gómez recogen en una web la detallada realidad de su aldea desde 1789: «Para que non quedemos só os vellos para recordalo»
04 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Penarrubia que Eduardo Álvarez vivió hace 60 años «xa non existe». «Vivín unha infancia que xa rematou». En esta parroquia de Baralla quedan apenas unas 15 personas después de que el éxodo rural inundase el interior de Galicia. Sin embargo, los nombres de cada casa de la aldea y sus oficios así como los caminos, los foros y los lindes no caerán en el olvido. Eduardo y su sobrina Lucía Gómez reunieron en la página web «Penarrubia.gal» una exhausta investigación sobre su aldea natal. No solo es una detallada fotografía de la parroquia lucense sino que sirve de ejemplo de la realidad de Galicia desde 1789 hasta los años 40 del siglo pasado.
La historia de Penarrubia.gal empezó tras desempolvar viejos papeles de la Casa do Costureiro, la de Lucía y Eduardo. El lucense, filólogo jubilado, se topó con documentos de redención de foros, arrendamientos, compras... «A través deles podíase chegar a conclusións propias de historiadores». El afán de investigación, pero sobre todo el arraigo por su tierra, hizo que el Estado de Alarma fuese el escenario idóneo para sacar de los papeles las tradiciones, cultura y comportamientos de Penarrubia que «solo quedamos os vellos para recordalo». Recogen desde la creación de Neira de Jusá, el antiguo nombre de Baralla, así como de la propia parroquia. De Penarrubia, que como máximo tuvo unos cien habitantes, cuentan la evolución en todos los ámbitos: población, caminos, viviendas, propiedades o patrimonio.
Una parroquia de nobles
Ser vecino de Penarrubia desde hace 70 años le sirvió a Eduardo para constatar en archivos lo que había aprendido por tradición oral. Una de las mayores particularidades que descubrió de Penarrubia es que «había un 27 % de fidalguía, era unha cousa excepcional». El profesor jubilado relata que normalmente el número de nobles era muy inferior en las aldeas gallegas. «Eu recordo na miña infancia persoas que descendían de familias fidalgas que tiñan un comportamento específico; non levaban sombreiro de palla coma os demais, senón de fento; e non vestían chaqueta de pana, senón de pano. Na igrexa, tiñan un sitio especial», recuerda.
Prueba de esto también es uno de los descubrimientos de los documentos que más entusiasman a Eduardo, sobre las tierras. «Estudamos o que son os foros no mundo académico pero foi agora cando conseguín entender que son», explica. Y llegó a la conclusión de que los foros no terminaron con el decreto de Primo de Rivera sino que, por ejemplo, en Penarrubia constan documentos de 1964 de tres casas de nobles que demandaban a los vecinos pagar las rentas de los foros. «1964, iso é hai dous días».
Eduardo y Lucía se metieron hasta la cocina de las casas de la aldea. Recogen los nombres de cada una de ellas, en el antiguo régimen, y hasta la actualidad, y de sus moradores originales. Arrieiros, ferreiros, tecelás y sastres que iniciaron en la parroquia estos oficios históricos también tienen registrado su nombre y apellidos.
Patrimonio
Eduardo es filólogo y fue profesor toda su vida, pero ya tiene claro que para la siguiente será etimólogo. Mientras tanto, anotó en Penarrubia.gal una extensa lista de la toponimia de la aldea. «Xa fixera un catálogo hai anos e agora detalleino». Desde agrotopónimos, antrotopóminos, orónimos hasta hodónimos, el filólogo explica los nombres de plantas, montañas o vías de comunicación. Y también hay cabida para mostrar el patrimonio natural e histórico. Aunque de esta riqueza, el profesor relata que lo que más destaca es el «abandono». «Na mesma torre da igrexa hai un feísmo total, iso é moi triste de ver».
Interés universitario
Desde que Lucía y Eduardo lanzaron la web, ya captaron miles de interesados. En apenas tres meses los visitaron más de mil personas y acumulan más de 8.000 visitas. La mayoría, de fuera de Lugo. «Visítannos dende Madrid, Arxentina ou Suíza, supoño que xente con raíces aquí ou emigrantes». Pero además, recibieron mensajes de profesores universitarios de la USC impresionados por su investigación.
La huella de la emigración: la única escuela se financió desde Argentina
La investigación de Eduardo y Lucía todavía no ha terminado. El lucense sigue desempolvando documentos para ampliar la historia de su aldea. Uno de los siguientes pasos será estudiar la emigración. Como el resto de Galicia, Penarrubia «sufriu unha sangría terrible da xente que marchou para Europa ou América». Prueba de esta situación es uno de los hallazgos que investiga Eduardo. La escuela de Patín, la única de la parroquia, fue financiada con dinero que enviaron emigrantes desde Argentina. «En Bos Aires chegou a haber dúas sociedades do concello, unha chamada Neira de Jusá e outra Val de Neira de Rei», relata.

Además, la escuela guarda otra intrahistoria: «Sempre me dixeran os meus pais que había un mestre que fora depurado na Guerra Civil e tivera que escapar». De hecho, le contaran que el profesor escapara por el monte como pudo hasta Castroverde y que algunos vecinos y el abuelo de Eduardo «foron de noite cun carro e leváronlle os mobles da súa habitación».
Sin embargo, después de años de tradición oral, ahora Eduardo consiguió saber su nombre, su expediente de depuración y, entre documentos, descubrió que el profesor estaba vivo en 1972. «Levei unha alegría».
Paso de uno los fundadores de Estados Unidos
Entre las historias que descubrió Eduardo está el paso del fundador y segundo presidente de Estados Unidos John Adams. En 1779 viajó por el Reino de Galicia y dejó registrado su paso por la parroquia de Penarrubia.
