Un matrimonio de Mendoza reabre la pastelería Dulce Baralla y la cafetería y restaurante del Pazo de Feiras lucense
06 ago 2022 . Actualizado a las 19:48 h.Claudia Lorenzo y Gastón Yorio, ambos de 48 años, de Mendoza, Argentina, tienen historia para contar. Ella, profesora de Educación Física, y él, árbitro de voleibol e integrante 16 años de las Fuerzas Armadas, vieron que no había futuro ni seguridad en su país, y tras barajar varias opciones en España dejaron atrás su vida y sus amigos de Mendoza, y con sus tres hijos (Agustín, Milagros y Antonela) decidieron poner rumbo a Baralla para comenzar un nuevo proyecto vital entorno a la histórica pastelería de la villa de Os Ancares, que estaba en traspaso tras varios años cerrada.
«Llegamos el 12 de marzo del 2020, el día antes del inicio del estado de alarma, con lo que no pudimos abrir la pastelería hasta el 18 de junio del pasado año», explican ahora más relajados, después de, reconocen, pasar varios meses desorientados y tristes porque dejaron atrás Mendoza «para llegar a un sitio que no conocíamos y donde ni siquiera podíamos ver la cara de la gente por la mascarilla».
Gracias a la paciencia, la ayuda de amigos y algún familiar argentino (Gastón no tiene vínculos con España, mientras que el padre de Claudia es de Salamanca y tiene hermanos en otras partes de España) y el apoyo de los vecinos de Baralla, salieron adelante y pusieron en marcha Dulce Baralla. «Hemos encontrado en la pastelería nuestro lugar en el mundo», explica Gastón, quien reconoce que antes de llegar a Lugo su pasión era el voleibol (algo que mantiene gracias al Emevé) pero que ahora suma la repostería. «Mi mujer sí sabía hacer pasteles, pero yo ni un bizcocho, pero gracias a Joaquín (el anterior dueño) y a Daniel Suárez (un pastelero argentino «que ficharon de Canarias») ahora me apasiona».
Oportunidad del Pazo de Feiras
Fue a través de la jugadora argentina Yael Castiglione como llegaron a Rubén López, gerente del Pazo de Feiras de Lugo, quien les animó a que se presentaran al concurso que publicaron en la primavera para reabrir un negocio que ha estado más de una década cerrado.
«Desde que nos dijeron que ganamos el concurso tenemos muchas expectativas, proyectos e ideas», explican los responsables desde hace una semana de El Pazo Eventos. «Queremos fusionar la gastronomía argentina con lo tradicional de Lugo, y apostaremos por el asado argentino, además de traer nuestra repostería de Baralla para el Pazo».
Comenzaron el pasado viernes y disponen de una amplia terraza con vistas al parque del Miño. Este lunes darán servicio a una boda con 400 comensales, y prevén a partir del otoño ofrecer un menú diario, además de promover el comedor como lugar de eventos y ceremonias. Además, tienen a su favor que en se está recuperando todo el entorno del paseo del Miño y en unos meses abrirán las caldas, además de ofrecer servicio a las ferias y eventos del Pazo.
«Nuestra vida ahora es de Baralla a Lugo sin escala. Estamos encantados por cómo nos han recibido, nos sentimos queridos», reflexiona esta pareja que el próximo año cumplirán en Baralla 25 de casados. Su hijo Agustín trabaja en la cafetería, y Milagros en la pastelería, mientras que la pequeña, Antonela, ya juega en el Emevé. Reconocen que están ilusionados tras meses de dudas y han visto que al final, como le sucedió a miles de gallegos hace cien años, han podido asentarse con cariño lejos de su patria.