El artista lucense Diego As termina en Becerreá un nuevo mural inspirado en la ruta del peregrino alemán
22 jul 2024 . Actualizado a las 19:50 h.La niebla del fondo del mural se confunde con la que esta mañana de sábado cubre Becerreá. En la carretera que va hacia Navia, con Os Ancares al fondo, aunque hoy camuflados, Diego As apura las últimas pinceladas de su nuevo mural con el monje Hermann Künig como protagonista. En este gigantesco dibujo, de más de diez metros de alto, el alemán que recorrió a finales del siglo XV la ruta hacia Santiago de Compostela, parece consultar su propia Guía de Peregrinos, considerada la primera de la historia.
En ella recomendaba ciertas desviaciones del Camino Francés para evitar las zonas más difíciles. Por ejemplo, la Costa da Faba. Este religioso proponía entrar en Galicia por caminos más llanos y esa ruta lo llevaba en Becerreá por la ladera de la Serra da Pena do Pico, donde otros monjes, cistercienses, habían fundado el monasterio de Penamaior.
Y es eso lo que se percibe en el fondo de la pintura de Diego As. Entre los árboles y la niebla, se aprecia la cabecera de la iglesia de Santa María, con sus característicos tres ábsides. La idea de la Asociación Vía Künig es pintar desde Pedrafita hasta Lugo distintos murales inspirados en la ruta y en los característicos elementos patrimoniales de cada ayuntamiento. El primer mural fue el de O Corgo, donde Hermann Künig aparece cerca del Puente de Galiñeiros de Arxemil. Tal y como dice el propio artista, «trátase de que a xente coñeza a Vía Kunig, que sepa que vale a pena vir, pero tamén que os veciños da zona se sintan representados».
Un artista lucense con enorme prestigio
El artista urbano Diego Anido, más conocido por su nombre artístico Diego As, fue premiado a nivel internacional en 2021 por su pintura de Julio César admirando la muralla de Lugo. Ese increíble grafiti de 20 metros de alto consiguió el galardón de mejor mural urbano de mundo, otorgado por el portal especializado Street Art Cities.
Hoy, con el trabajo en Becerreá a punto de terminarse, con unos toques de rodillo en el verde y el marrón de los pies, los peatones se paran y los coches reducen la marcha. «A clave ó final é facer unha boa marcaxe e levala ben ó sitio. E logo moita paciencia, porque son murais de moitos días, de 7 a 10 xornadas. Fágoos con pintura plástica e logo remátoos con esprai», explica el autor.
¿Podría ser este mural merecedor de ser considerado el mejor mural rural del mundo? Diego As sonríe con su humildad habitual. «Bueno, habría que crear unha páxina para iso».