Habrá este verano más excavaciones en el poblado de Santa María, un lugar que fue perfecto para extraer oro en Os Ancares entre los siglos I y III d.C.
02 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Uno de los yacimientos más relevantes que se han excavado y documentado en los últimos 30 años en Galicia es el Castro de Santa María de Cervantes, una joya de época romana cuya relevancia en la historia le ha permitido engrosar en pocos años la categoría de monumento BIC, siendo el tercer castro en la provincia de Lugo que tiene esta consideración, tras el de Viladonga y el de Fazouro. La Consellería de Cultura es consciente de la importancia de esta yacimiento y si en los últimos años ha hecho varias intervenciones, este verano se prevé una nueva campaña de excavaciones.
El Castro de Santa María es el poblado perfecto que explica el proceso de romanización de las tribus galaicas y cómo la explotación aurífera en Os Ancares fue un proceso a gran escala en la que se necesitaron todo tipo de estructuras, entre ellas la de una población con cierto nivel de organización. Se trata de un poblado fortificado ocupado de forma continua desde el siglo I al III d.C., por una población indígena que trabajaba en las minas de oro próximas y explotadas por el Imperio Romano. Cuando se terminó esa explotación, el poblado quedó abandonado, reutilizándose ya en época medieval como cementerio.
Intervención de la responsable de Patrimonio
La directora xeral de Patrimonio, María del Carmen Martínez Ínsua, anunció en el Parlamento, a preguntas de la diputada popular lucense Encarna Amigo, que en breve comenzará una nueva campaña de excavaciones, después de poner en valor los trabajos realizados en los últimos tres años, y que permiten al visitante poder admirar buena parte del castro desde una tarima, en la que se colocaron carteles explicando la historia y evolución de este singular poblado, el castro perfecto para extraer oro de Os Ancares, con una superficie de 6.500 metros cuadrados.
Primeras excavaciones
Las primeras excavaciones se realizaron en 1995, después de los daños que se provocaron en 1994 cuando se hizo un acceso a la iglesia. Tras aquella excavación parcial, entre 1996 y 1999 se excavaron 700 metros cuadrados, lo que permitió poner en valor 25 viviendas con una morfología variada, con pallozas circulares, rectangulares, con formas irregulares, y con una distribución a diferentes niveles y alturas. La parte inferior de las viviendas era para el hogar, donde se han documentado bancos corridos, y la segunda planta era el acceso a la vivienda y a las calles. Algunas de estas viviendas tenían una altura de unos 4,5 metros., con revestimientos de paja.
Los últimos análisis de radiocarbono de los abundantes materiales que se encontraron recogen que ya hubo asentamientos en el año 50 a.C. Hubo una modificación constructiva amplia cuando fue el centro neurálgico de los trabajadores de las minas, y luego, en el siglo IV, quedó abandonado, recuperándose en los siglo IX y X como cementerio e iglesia parroquial.
historia reciente
La directora xeral de Patrimonio, que detalló todos estos datos en el Parlamento, destacó que además de la relevancia histórica de Santa María de Cervantes, se trata de un yacimiento en buen estado de conservación, lo que permite al visitante hacerse una idea de lo que supuso este poblado hace casi dos mil años.
Hasta la declaración de BIC, en noviembre del 2019, la Xunta había invertido casi 260.000 euros. A partir del 2020 comenzó la fase de limpieza y consolidación de los restos excavados, unos 700 metros. Se reparó el muro de la iglesia y el cementerio y se colocaron unos paneles explicativos. La excavación del 2022 fue en 60 metros cuadrados. Todos estos trabajos supusieron una inversión de unos 70.000 euros.
«Os resultados destas actuacións son positivos, porque nos permite conseguir o máximo nivel de protección que ten o xacemento, e permitiunos non só mellorar a conservación, senón facilitar a visita do mesmo», dijo María del Carmen Martínez. Este trabajo tendrá continuidad este verano, con más excavaciones en la zona sureste, para consolidar y a la vez tener más conocimiento del poblado. «Paga moito a pena ir a velo, para coñecer a súa historia e porque é un lugar dunha beleza envexable», dijo en el Parlamento la directora xeral de Patrimonio, confiando en que aumentará las visitas y ayudará a la economía de Os Ancares.
nueva excavación
La nueva excavación, que tendrá un coste de unos 18.000 euros, será entorno a 40 metros cuadrados de la cara sureste de la muralla, que servirán para consolidar el muro, hacer un levantamiento topográfico del castro, una georeferenciación del yacimiento para que perdure en el tiempo y pueda ser consultada por especialistas. También se pretende realizar un vídeo y fotos para elaborar un documento de difusión, para actualizar folletos. Y, para terminar, la Consellería de Cultura promoverá actividades formativas, para que la población de Cervantes o los visitantes puedan ver in situ cómo se hacen las excavaciones.
El castro perfecto para explotar oro en Os Ancares
La Consellería de Cultura muestra la importancia de este castro como ejemplo de asentamiento castrexo y romano para explotar el oro de las minas a cielo abierto con red hidráulica formada por canales. La hipótesis es que se trata de un poblado de nueva planta en el que casi todas las cabañas de construyeron de forma contemporánea, como se pudo demostrar con la planificación de las cabañas. Fueron excavadas 25, de las que 16 están completas.
Las cabañas se construyeron teniendo en cuenta la canalización y evacuación del agua, además de acondicionar dos entradas a la vivienda a diferentes alturas, aunque casi siempre se entraba por el nivel más alto que el de la calle para evitar humedades. En los pisos inferiores se construía el hogar y en algunos casos aparecieron restos de bancos corridos y lareira. En algunos se documentó braseros y un horno en un hueco de los muros. El espesor de las viviendas era entre los 50 y los 50 centímetros y la altura sobre los 4,5 metros. El techo de las cabañas era de paja sobre un armazón de vigas de madera.
Sin ganado
El mejor ejemplo de que el castro de Santa María se usó para la extracción del oro es que no se encontró ningún espacio para el uso de zona auxiliar de trabajo, como almacén o anexo para labores de ganadería o agricultura, «como adoita a ocorrer nos poboados prerromanos excavados en zonas próximas, o que reflicte que estes non se realizaban, xa que a ocupación principal dos habitantes do castro era o traballo na mina».
Con la declaración BIC del castro y de todo el entorno parroquial y etnográfico, la Xunta lo puso como un ejemplo de conjunto arqueológico con un ámbito cronológico «sorprendentemente longo, desde o século I d.C ata a actualidade».