Las nuevas investigaciones demuestran que el obispo Izquierdo aprovechó el canal romano y confirman algunas técnicas de construcción de la Muralla
19 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.?a Muralla, su estructura, es una inagotable fuente de información para los especialistas. Las obras de restauración, a la altura de la rúa Nova, confirman que en su construcción se utilizó un sistema que podría definirse como de bloques estructurales. Es algo que ya se había visto, o intuido, en otras restauraciones anteriores, como la que se hizo en uno de los cubos próximos a la puerta de Bispo Odoario. Los expertos opinan que algunas de las grietas podrían estar relacionadas con estos bloques. A su vez, las obras en la calle Milagrosa aportan nuevos datos sobre el acueducto romano y sobre el del obispo Izquierdo. Los arqueólogos han podido comprobar que a lo largo de esta vía, y posiblemente hasta la Muralla, el acueducto del siglo XVIII se apoyó sobre el romano. Las excavaciones lo ponen en evidencia. En el trozo más próximo a la calle das Fontes, el canal romano discurría sobre un muro. Para salvar la vaguada que más adelante forma el terreno, el muro corrido se convertía en una arcada, sobre la que se encontraba la canalización. Las excavaciones han puesto al descubierto las bases de los pilares. En el tramo de la calle Milagrosa, se han localizado 29; hace unos años, durante la reforma de la plaza de A Milagrosa, se encontraron vestigios de otros siete. Entre cada una de las columnas (miden 1,20 x 1,20 metros) hay 2,80 metros de distancia, según explicó el responsable de la investigación arqueológica, Enrique González.El acueducto que ordenó construir el obispo Izquierdo aprovechó el de origen romano, como ahora queda de manifiesto. Donde la base del canal romano era un muro corrido (de hormigón con mortero de cal y arena), se levantó el del XVIII, que al menos en algún tramo también tuvo arcos; rellenó con muro los espacios existentes entre los arcos de la construcción original. Memoria Los restos de la obra levantada por el obispo Izquierdo sobre el muro romano aún los recuerdan algunos de los más antiguos residentes en la zona, como le hizo saber ayer (hay otros testimonios) una vecina al responsable de la excavación arqueológica. Se destruyó en 1947, al urbanizar la zona. Los expertos no descartan localizar, durante las obras en la calle Milagrosa, el punto de encuentro del ramal romano (el trazado desde la captación en O Castiñeiro discurría por lo que hoy es Mazaira), que fue aprovechado en el XVIII, y la canalización que aportaba el agua procedente de la captación hecha en ese mismo siglo, en A Piringalla (su trazado se corresponde con la calle das Fontes).Algunos vecinos no ocultan su preocupación por la repercusión que pueda tener en las obras la aparición de los indicados restos históricos. Más de uno trata de conseguir que el arqueólogo responsable de la excavación le aclare la situación. Una vez recibidas las explicaciones oportunas y viendo el ritmo al que se desarrollan los trabajos, se van aparentemente más tranquilos.