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El colectivo Bule-Bule denuncia la falta de psicólogos infantiles en Lugo

LUGO CIUDAD

07 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La falta de recursos especializados en psiquiatría y psicología infantil en Lugo animó a un grupo de padres de niños con trastornos por déficit de atención (con o sin hiperactividad) a crear la asociación lucense Bule-Bule. Como otros muchos afectados, la presidenta del colectivo, Mari Carmen Couso Portela, tiene que acudir con su hijo, que es hiperactivo, al Hospital Clínico de Santiago, donde hay psiquiatras y neurocirujanos infantiles. «No Xeral de Lugo non hai este tipo de especialistas e no Hospital San José dicíanme que a responsable do estado do meu fillo era eu, que non sabía educalo», resaltó Couso, que finalmente encontró el apoyo que precisaba en una asociación leonesa: Alenhi. «Vimos que era necesario facer algo así aquí, porque en Lugo nin sequera hai onde informarse», comentó.

Diagnosticar este trastorno es complicado, ya que los síntomas no son ajenos al mundo infantil. Muchos niños poseen una cantidad enorme de energía, no paran quietos, no son capaces de mantenerse sentados, no atienden y tienen problemas de aprendizaje, pero eso no significa que padezcan un trastorno. En este sentido, Bule-Bule recomienda una «observación minuciosa». «Cada neno é un caso que hai que avaliar -sostuvo la responsable de Bule-Bule-, a diagnose baséase moito na observación en grupo, tanto por parte do profesor, que acostuma a ser o que descobre que o pequeno non se centra na clase nin atende. Pero tamén do pediatra, do psicopedagogo, do psicólogo ou do psiquiatra, que comproban como se comporta noutras áreas da vida como na casa, cos veciños...».

Al parecer, en Lugo hay profesionales que renuncian a trabajar con niños, y los pocos que los atienden, están especializados en personas adultas. «Un neno hiperactivo pode ser intelixente ou non, ou vago ou non, unha cousa non ten nada que ver coa outra», aclaró Couso Portela.

La mejor opción es la medicación -nunca antes de los 6 años y no a todos los afectados les va bien- combinada con terapias conductuales. Si se atiende a tiempo, con los años una persona adulta, e incluso una adolescente, puede «aprender a controlar» el trastorno de origen neurobiológico que padece. Sin embargo, si no recibe el tratamiento y las terapias adecuadas, puede derivar en comportamientos que impiden desarrollar una vida normal, en facetas como la familia, la pareja, las relaciones sociales o el trabajo. «Cuando a la persona no le han enseñado a canalizar la hiperactividad que tiene, puede sufrir la falta de aceptación de los demás porque molesta, fracasos escolares, depresión, decaimiento...», señaló la psicopedagoga y profesora Carmen Salgado Vidal.

El 5% de la población

Aunque no se puede hablar de cifras concluyentes, algunos estudios reflejan que un 5% de la población padece trastornos por déficit de atención, según afirmó Salgado. Si bien, destacó, «hay diagnósticos de hiperactivad que en realidad no lo son». «Hoy en día no existe la palabra vago. Los padres de la generación de los sesenta, por ejemplo, exigen que los niños estudien una carrera y si no estudian o no hacen caso en casa no se conforman, y enseguida dicen que tienen un trastorno o les pasa algo».