Las flores más madrugadoras de la primavera

Carlos Rueda

LUGO CIUDAD

El cambio de estación llena de notas de color los paisajes del sur lucense

30 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Una incierta y tímida entrada del período primaveral ha traído al sur lucense las primeras muestras florales, un preludio de lo que será durante las próximas semanas una explosión de color y aroma. Esta es una descripción de algunas de las primeras plantas que han salido a la luz al finalizar el invierno. Todas ellas han sido observadas y fotografiadas en la cuenca del Cabe y en la sierra de O Courel.

Los narcisos dan estos días una nota de color en prados, zonas rocosas y márgenes de caminos y ríos. Comprenden más de cuarenta especies bulbosas -incluyendo los híbridos-, con flores muy llamativas en forma de trompeta o campana, cuyo color va del amarillo intenso al blanco pálido. Entre ellas están el Narcissus bulbocodium o narciso acampanado -en gallego, amarelle-, con una sola flor de gran tamaño y horizontal con respecto al suelo, y el Narcissus triandrus , -junquillos blancos en castellano y calzas do cuco en gallego-, con flores colgantes en grupos de dos a cuatro, de color blanco amarillento. Son de menor tamaño pero más aromáticas que las primeras. Los bulbos son tóxicos, aunque fueron usados antiguamente en medicina.

La ortiga fétida o Lamium maculatum -en gallego, chuchamel u ortiga morta- es otra de las especies que brotan en los bordes de caminos y lugares húmedos y sombríos. Es una planta pilosa no urticante que se caracteriza por su olor aromático y sus flores diminutas de gran belleza. En Moreda de O Courel se cocía para emplearla como alimento de los cerdos.

La celidonia menor o hierba de las almorranas ( Ranunculus ficaria ) es una de las herbáceas que se ven en las riberas del Cabe y en otras zonas húmedas y sombreadas. De pequeño porte, con hojas brillantes en forma de corazón y flores hermafroditas solitarias de color amarillo. Se usó contra las hemorroides por tener propiedades vasoconstrictoras, reduciendo la dilatación de los vasos sanguíneos y por tanto la inflamación. Al tener un alto contenido en vitamina C en sus hojas, se llegó a utilizar contra el escorbuto en los animales. Fumaria. En los bordes de caminos y arcenes crece de forma abundante la planta de los zapatitos, Fumaria officinalis (en gallego, herba dona o herba do fogo), que llega a alcanzar una altura de 50 centímetros. Las inflorescencias son de reducido tamaño -no superan el centímetro- y se distribuyen en forma de racimos tubulares de color rosa. Se utiliza en infusiones para regular la función hepática, como diurético y como laxante. También se emplea para tratar determinados trastornos cardiovasculares y del sistema nervioso. Su sabor es amargo debido a la presencia de taninos. Tiene un alto contenido en alcaloides, por lo que deben evitarse las dosis altas por su toxicidad.

Violeta. La violeta es otra de las plantas más madrugadoras, anticipándose a la entrada de la primavera. Se pueden observar en las orillas de los ríos, en bosques de frondosas y zonas húmedas con suelos muy ácidos. La Viola palustris y la Viola odorata figuran entre las variedades más abundantes. La diferencia está en el perfume que desprende la segunda, que la hace ser muy apreciada en perfumería y como aromatizante de caramelos. Estas plantas tienen varios usos medicinales, sobre todo para las afecciones respiratorias y del aparato digestivo. En dosis elevadas actúan como sedantes y también pueden producir vómitos.

Una de las primeras plantas que florecen en zonas altas tras los fríos invernales es la llamada diente de perro ( Erythronium dens-canis , dente de can en gallego). La que figura en esta página fue localizada en la sierra de O Courel y más concretamente en el Alto da Golada, en las proximidades de A Seara, a 1.100 metros de altura. El nombre se debe a la forma del bulbo, muy similar al de un diente de perro, del que sale un tallo que no supera los 30 centímetros de altura y está formado por dos hojas opuestas de color verde oscuro y con manchas pardas. El tallo culmina en una sola flor solitaria de gran belleza e intenso colorido. Cuando los pétalos se abren dejan al descubierto los órganos reproductores masculino y femenino, formados por los estambres y el pistilo. Su hábitat se halla a partir de los mil metros de altura, en claros de bosques o sotobosques y pastizales con con substrato ácido. Chaveira. También aparece en esta época del año la chaveira o herba do gando ( Helleborus foetidus ) que abunda en la sierra de O Courel y zonas limítrofes. Esta planta perenne, de gran belleza y extremadamente tóxica, alcanza una altura de unos 80 centímetros. Posee unas curiosas flores en forma de taza, de un color verde amarillento, y desprende un olor penetrante y desagradable. En castellano se la conoce como la hierba de los ballesteros, ya que antiguamente se utilizaba para envenenar flechas y dardos. Uno de sus componentes activos es la eleborina, que actúa como violento purgante y puede causar graves problemas cardíacos. Fue utilizada en la medicina casera para la debilidad cardíaca, el estreñimiento y la eliminación de lombrices intestinales, y externamente para los dolores reumáticos y las afecciones de la piel. En el ganado también se utilizó para combatir el escorbuto, aunque se dice que hubo casos de intoxicaciones en personas que bebieron la leche de las reses que la habían comido. En O Courel se utilizaba para la inflamación de la panza de las vacas, frotando la boca del animal o bien cociéndola y lavando la boca con el agua de la cocción. En caso de manipulación accidental, es recomendable lavarse las manos para evitar la irritación de la piel.